my time is now (Nike)

PASA PASA ESTÁS EN TU CASA

COMO EN TU CASA



viernes, 29 de mayo de 2009

Ocurrió en Cannes

Vaya la que se ha montado esta vez en Cannes. Cuántos egos cruzados. Tenemos a Boyero, crítico inmejorable -en mi opinión modesta- de El País y que les toca las pelotas a casi todos los artistas que se precien. No sé si por deporte, por devoción o por convicción, pero me consta porque le sigo de cerca. Por otra parte, tenemos al divino Almodóvar, que ha lanzado furibundos ataques contra Boyero en especial y contra Borja Hermoso -director cultural en El País- de añadido, supongo que porque pasaba por allí, pero se le nota a la legua a Pedro que al que tiene atragantado es a Boyerito.

Boyero ridiculiza en su columna a Pedro y la veneración que Cannes siente por él, y le reconoce buenos títulos pero no precisamente el último, Los abrazos rotos. Almodóvar reacciona llamándole no crítico, visceral y prejuicioso y pidiendo en carta abierta a El País -ver el blog de Pedro- que por favor deje de enviar semejantes sujetos a los festivales de cine. El País reacciona también a toda pastilla en defensa de su personal de plantilla, y se enfrenta al semidios del cine como nadie antes. Almodóvar les vuelve a contestar en su blog. Cielos, es un auténtico culebrón!

Y lo peor de todo, no me puedo expresar en el blog de Pedro. Para qué tiene un blog si no se pueden hacer comentarios?

Boyero, cariño, no pierdas esa acidez de estómago que tan bien reflejas en tus críticas de cine. Hay pocos estilos cizañeros y elegantes como el tuyo en ese periódico que te ocupa. Eres uno de sus últimos valores en alza, a pesar de los años y la mala leche. Y sí, quiero ver Anticristo, de la que dijiste que se podía vomitar en la sala y que era una paja mental, más o menos, de Von Trier. Quiero verla. No creo que hundas películas, más bien te cargas egos por doquier. El tuyo también debe estar por las nubes, pero así sois los del celuloide, de un lado y del otro de la pantalla. La próxima que se te enrabie quizá sea la Coixet, y motivos no le faltarán. Hala, a seguir haciendo amigos.

jueves, 28 de mayo de 2009

El promotor

Me miro al espejo y no consigo saber si mi cara es más de tonta o de pija. Pero una de las dos cosas debe ser, a juzgar por el piso fantasma que me quieren colocar desde una inmobiliaria fantasma. Lo peor de todo? Que voy por la segunda cita con el promotor. Y es que me va la marcha.

El terreno está cerrado y sin una grúa todavía, a pesar de que anuncian a bombo y platillo que inician las obras este mismo mes de junio, con licencias y todo lo demás. El proyecto es tan pretencioso que se llama Millenium, como si se tratara de una torre de lo menos Norman Foster. Lo que ocurre es que está situado en Gràcia, que para quien no sea un experto conocedor de los barrios de Barcelona, es una de esas zonas bohemias con sabor a pueblo, que por su condición se han convertido en residencial de pijiprogres.

El promotor te recibe a pie de obra, yo no sé si es porque no tiene una maldita oficina donde sentarte o porque le parece más 'casual'. Claro que no visito muchas promociones, igual es lo que se lleva. No nos ponemos casco, dado que no hay grúas ni obreros, sino que simplemente nos cobijamos bajo la sombra de la pared de enfrente y él me cuenta los logros de la zona comunitaria que irá instalada en la azotea. Una piscina de nueve metros, un área privada de tumbonas, y un sistema de cierre de puertas y subida de suelos en la piscina que detecta cualquier riesgo para un niño menor de, pongamos diez años. Mis hijos deberán llevar una pulserita que les identificará dentro del edificio, que no les dejará parar en ninguna planta que no sea la de mi casa, que les vaciará la piscina en menos de cuatro segundos -puede ser que dijera eso?- si detecta que han rebasado el área de seguridad, es decir, vulgarmente que están en 'donde no haces pie'.

Yo insisto en que me hable más de la vivienda y menos de la zona comunitaria, con gimnasio y todo. Bien, bajamos mentalmente (ni siquiera virtualmente) a la vivienda. La cocina lleva una isla central de no sé qué material, los enchufes no se ven sino que aprietas un botón y emergen de la superficie. Oiga, pero habrá armarios de ésos en que metes normalmente platos, vasos, cacerolas? O en esta casa no se come...? Habrá, habrá. Y a pesar de que yo veo dos muros con los que se topará mi vivienda, el promotor me asegura que tendré luz natural en todas las habitaciones.

Es que, no sé, yo no lo veo, oiga. Llámeme antigua, pero es que nunca he comprado por internet ni una silla, así que una casa, y por este precio... Bueno, no se preocupe, estamos con lista de espera, no le digo que haya viviendas disponibles ahora. Pero... entonces está todo vendido? Y para qué hemos venido a verlo? No, vendido no. Vamos a seleccionar a las parejas con niños que nos parezcan mejores candidatos. No queremos mezclar gente que no cree un buen ambiente. Primamos el ambiente sobre todo lo demás. Preferimos una familia que se quede toda una planta, a menor precio, que dos familias por planta. Estamos vendiendo algo muy exclusivo.

Pero es que... con la pedaso crisis, y ustedes pueden elegir a sus candidatos? Mire, estas viviendas se venden solas. Le puedo enseñar alguna otra promoción que hemos hecho, para que se haga una idea. Y puedo comprar allí, si ya están terminadas? No, le digo que eso ya está todo vendido y listo para entregar. Podemos verlo ahora? No dice que está aquí al lado? Sí, está a dos calles, pero hoy no puede ser, mejor mañana si quiere. Mañana se lo muestro sin problemas.

Lo otro es que... les he buscado, y no encuentro el nombre de su promotora en ningún sitio, ni en google. Cómo puede ser que no tengan una web hoy en día? Claro, es que nosotros éramos una patrimonial. Hace cinco años la Generalitat 'nos pegó un toque' y nos dijo que no podíamos tener más de 5.000 pisos cerrados. Comprábamos todo para quedárnoslo (y especular), pero ahora ya no se puede hacer eso, hemos tenido que sacarlo a la venta.

Y eso, que voy por la segunda visita. Simplemente es que me parece un caso claro de análisis clínico. Este chico me preocupa y tengo que averiguar qué le pasa. Y más aún, qué ha visto en mí para tratar de colocarme este sueño americano en mi barrio de Gràcia de toda la vida... Seguirá, lo prometo. Hoy tengo mi segunda cita. Voy a ver esos que están ya todos vendidos y a punto de entregar. A saber a quién le habrá robado las llaves.

martes, 26 de mayo de 2009

Estamos rodando

La estética nazi ha vestido durante décadas a los peores sujetos. No sé quién la ideó, no me he puesto a investigarlo, pero sin duda fue un genio porque consiguió fascinar a más de una generación. Y no sólo de ciudadanos alemanes, sino de cineastas, escritores y actores del mundo entero. Qué actor que se precie no se ha puesto el uniforme de nazi -o el pijama de judío- en alguna ocasión? Y Vigo Mortensen no iba a ser menos, así que en Good le vemos cómo lentamente va olvidando sus ideales y hasta sus amigos, fascinado, él también, por la estética y la ética del momento que le toca vivir a un profesor cuyas enseñanzas no hubieran ido más allá de una o dos novelitas, a no ser por la llegada de los nazis y su visión utilitarista de la cultura.

Haneke se ha ganado la Palma de Oro de Cannes con otra peli violenta que ahonda en las raíces del nazismo, La cinta blanca, filmando a los niños de principios del siglo veinte que después protagonizarían la masacre más célebre de la historia reciente. Y a Von Trier y su Anticristo, descrita por varios críticos como 'abominable' y 'repugnante' y que Boyero destaca como la peli que te puede inducir directamente al vómito, le ha caído el premio a la mejor interpretación femenina de Charlotte Gainsbourg.

Haneke opina que "siempre llenamos la pantalla con nuestras propias vivencias" y que "lo que vemos proviene de nuestro propio interior". En cuanto a Von Trier, declara que concibió Anticristo en medio de una gran depresión que no le dejaba salir de la cama ni a por un vaso de agua, y que sí, que hay sangre y sexo y mucho sadismo, pero que fue este proyecto y la reinvención del terror lo que lo sacó de las tinieblas en que se encontraba. Hala, chúpate ésta.

Está claro que un brillante artista atormentado es capaz de grandes logros. Pero no por atormentado, opino, sino por brillante, al igual que un loco no por eso se convierte en un genio, sino que el genio ya tiene que venir de fábrica.

En cuanto a mí, que ni lo uno ni lo otro ni lo de más allá, me conformo con seguir cumpliendo años y tiñendo canas, mientras Manuela se conserva estupenda en los veintitantos.

viernes, 22 de mayo de 2009

No espiarás a tus hijos adolescentes

Confiesa. Has echado un vistazo alguna vez a los mensajes de tu novio/marido/esposa/rollete en su móvil? Has leído a hurtadillas su correspondencia? Y ya para aspirantes a hackers, le has abierto su correo electrónico averiguando su contraseña? Que no eres celoso, que te da igual lo que haga con su vida? Ah, pero tienes hijos, qué me dices a eso, eh? Has rebuscado entre los papeles de ellos para encontrar, quizá, un mensaje cifrado (porque no se entienden) o un alijo de coca o un porrete mal escondido, o una revista porno...?

Tienes derecho a no hacer declaraciones. Todo lo que digas puede ser utilizado en tu contra. Tienes derecho a un abogado, y se te asignará uno de oficio si no tienes con qué pagarlo. Sube al coche que nos vamos a comisaría. Atontao, te pueden caer cuatro años de cárcel!

Parece una broma, pero no lo es. El Código Penal español prevé hasta cuatro años de cárcel para cualquiera que espíe la vida de otro, le lea los mails o las cartas de papel, le intercepte las llamadas telefónicas o le espíe en los bolsillos. Es el derecho a la intimidad que tenemos todas las personas, y eso, agárrate, incluye también a tus hijos. Sí, también a los menores de edad.

La noticia saltó a los medios estos días. Un Tribunal de Lleida ha condenado a un padre a 1 año de cárcel y cinco años de alejamiento de sus dos hijas por haberlas espiado en el cuarto de baño con una cámara de vídeo. Suena algo porno, lo sé, pero el hombre asegura que lo hacía para descubrir si su hija adolescente vomitaba lo que comía, pues tenía problemas de anorexia-bulimia. Problemas probados, por otra parte, porque la chica está en tratamiento para solucionarlo.

Al hombre, separado de su mujer y sus dos hijas, no se le ocurrió mas que la brillante idea de colocar una cámara en el baño de su casa para comprobar si la chica vomitaba. Claro que por esa cámara pasaron también su exmujer, que no sabía nada de todo esto o eso dice, su otra hija y también algunas amigas de las niñas. El papá asegura que después de visionar las cintas las destruía él mismo, y que sólo las vieron él y el abuelo de las chicas.

Pues bueno, el derecho a la intimidad versus el deber de vigilar y velar por la salud de tus hijos. En Lleida parece que prima lo primero, y eso que el juez es buena gente y sólo le ha metido un año de cárcel. Pudieron ser más. Cuidadín cuidadín, hay que ver cómo está el mundo.

miércoles, 20 de mayo de 2009

El pisito

Siempre que busco piso, me acuerdo de mis novios. No lo hay perfecto. Como los pisos. Las llamadas a las agencias inmobiliarias, o a los propietarios según se dé, son propuestas de citas a ciegas concertadas de antemano. En tal sitio y a tal hora. No hace falta que le digas cómo irás vestida, por las miradas le identificarás. Primero la fachada, a ver qué pinta trae, son los aperitivos. Bueno, no tiene mal aspecto, le hace falta un arreglo pero tiene posibilidades. En el ascensor vas concretando los detalles y te vas poniendo nerviosa. Será el de tus sueños? Dejarás por fin de buscar y podrás tener el tuyo? Y la más importante, por cuánto tiempo esta vez?

Te abren la puerta y apenas te atreves a mirar. Y si te decepcionas de nuevo? Cuánto mide? Está completito? Cuál es ese defecto que quieren colarme? Y sobretodo, por qué no se ha colocado ya antes? A ver si voy a cargar con el típico marrón que no quiere nadie!

Miradas aquí y allá, husmeas por los rincones, imaginas cómo estaría con una buena lavada de cara y un cambio de vestuario. Parece un poco rancio, pero si le doy mi toque personal sin que se note mucho...

Te haces la difícil. Te gusta, tiene encanto, pero no se lo vas a decir a la primera de cambio, que no se diga que no has visto mundo. Bueno pues ya nos llamamos. Tengo que pensármelo antes de otra cita. Bueno no te demores, sólo te digo eso, que no sabes la de llamadas que recibo. Pero tú no estás en crisis como todo el mundo? Los que valemos, nena, no tenemos de eso.

lunes, 18 de mayo de 2009

Cosas

Un viejo psiquiatra infantil y una adolescente que trabaja de camarera son el hilo conductor de la última peli producida por Guillermo del Toro. Alguien se acuerda de quién la firma y dirige? No, porque en todos los anuncios el reclamo es del Toro. Entre los actores están Carmelo Gómez y Lucía Jiménez. Y un montón de cosas que van cambiando de propietario, y con ellas el guión de la coproducción hispano mejicana Cosas insignificantes. Desde una flecha espolvoreada de purpurina a un papel con un teléfono escrito y el nombre de una mujer.

Por mi vida y mis manos han pasado un montón de cosas, pero entre las que conservo se encuentran algunas de las que me han servido, a mí también, de hilo conductor. Cuando no tenía más que mi aspecto y mi argumento, cada vez que cambiaba de ciudad o de domicilio, y a veces hasta de país, lo único que me hacía sentir en casa era la llegada del camión con mis muebles de Ikea, que iban rodando de un sitio a otro pero siempre se quedaban conmigo. Desde una cama de segunda mano a un armario de madera de nosequé que me costó veinticinco mil francos belgas. Y al llegar de trabajar, aunque no hubiera nadie, estaban mis cosas. Con eso bastaba algunos días.

Me aferro a mis cosas como si fueran posesiones eternas. A la hora de hacer limpieza de armario, termino por guardar toda la ropa que pensé echar de casa. Regalarla a quién? Si no sabrá apreciar lo que vale este vestido. En dinero, no es mucho, pero en recuerdos, esa chaquetilla que nos turnábamos Sandra y yo para ligar, la mini que ya no me queda pero rejuvenece el armario, los zapatos de taconazo que guardo para cuando me inviten al Festival de Cannes, el abrigo que compré usado y que me cubrió tantos domingos de enero...

Y sin embargo, no son más que cosas. Ahora lo sé. Pero han tenido que venir seres humanos a poblarme para que las cosas perdieran importancia. Las he reconvertido en cómplices de mi felicidad, y no pienso darles carpetazo sólo porque ya no las necesite a todas. Yo no soy así.

miércoles, 13 de mayo de 2009

El día después o la PDS: plan B

El día después de Ella: se despierta mareada, bebió mucho gintonic, le va a explotar la cabeza, el tipo que tiene al lado le parece un gilipollas, pero por qué se liaron, bueno de cuerpo no está nada mal, aunque un poquito pinta de niñato, y cómo ha acabado en su cama, quién sabe, uff, lo hicieron, sí, claro que lo hicieron, y el preservativo? él dijo que no llevaba, que eran un coñazo, ella sacó uno de la mesita de noche, pocas bromas con esto, ni con diez gintonics, él se lo puso después de las primeras entradas y salidas, bueno vale, y luego, bueno luego entró y salió aquéllo tantas veces más, arriba y abajo, cambiaron de postura, vaya que al final pasó lo que tenía que pasar, se resbaló la goma y se le quedó dentro, así que... dios, se quedó dentro! lo que significa que en estos momentos se podría estar embarazando... baja las piernas por si acaso influye, se pone de pie, se pone a saltar, se va al baño y se lava bien sus partes más íntimas, le han dicho que mejor con agua caliente, un buen chorro ahí plantado, pero no, hay que asegurar el tiro, se tiene que ir al hospital pitando... eh tú, te vienes? qué pasa? nada, da igual, pa lo que vas a hacer, me voy yo sola, sigue durmiendo... llega al hospital que le pilla más cerca, pide cita, rompí el preservativo, le dice, le pasan con un médico a la media hora, le pide sus datos, le pregunta cómo pasó y le da una receta, sube en el coche, busca una farmacia de guardia -es domingo- y cuando la encuentra compra el medicamento, se lee las instrucciones en un bar, mientras pide un café con leche, y se mete el chute de hormonas mientras se empapa de los efectos secundarios: posible dolor de cabeza, posibles vómitos, posible malestar general, y estar pendiente, si en cinco o seis días no le baja la regla tendrá que ir al médico, podría, aún a pesar de todo, estar embarazada igualmente.

El día después de Él: se despierta después de unas nueve horas de sueño, uy qué día es, ah sí, domingo, pero está anocheciendo, debe ser tarde, y dónde coño estoy, en casa de M, ah sí, qué buena está la tía, pero dónde está, dónde dijo que iba? Me muero de hambre, dios qué ricos estos pasteles, qué bueno el polvete de anoche, le gustaría a ella? Me obligó a utilizar condón, pero bueno al final de poco nos sirvió, claro tanto movimiento de aquí pallá. Espero que quiera ser mi novia, creo que me estoy colando.

lunes, 11 de mayo de 2009

Colin en Génova

Colin Firth. Ese novio formal con el que se aburría mortalmente Bridget Jones. Ese neurótico del que se enamora, sin darse cuenta, Helen Hunt en Cuando ella me encontró. Y ahora, en Génova, ese padrazo que todas querríamos llevarnos a casa por Navidad.

La mirada perdida, dos hijas que son dos terremotos de pasiones desatadas, autoculpas y reproches que no se ven. Qué pasa con las pérdidas, cómo cada uno las asume y las sobrelleva a su manera particular. Las huidas hacia adelante, la vida que continúa, las callejuelas de una ciudad mediterránea que bien podrían haber sido las de Barcelona o Venecia.

Es lo bueno de contar con un director de primera clase. Winterbottom consigue que los personajes sean transparentes y puedas verles todos los agujeros por debajo de la piel, sin que por fuera pase nada trascendente, si exceptuamos el comienzo de la historia.

Y qué pasa con las pérdidas, ésa es la cuestión. Como dice la hija pequeña, 'es que nunca hablamos de mamá, parece que no existió'. Es uno de esos guiones que me gustaría haber escrito pero no vivido.

En cuanto a Colin, me lo llevaría de cañas (por delante de ZP, Nadal y Alonso, a propósito de los ganadores de la última encuesta a los españoles 'con quién te irías de cañas?') y le daría un vuelta y vuelta a la plancha antes de servir frío y con un poquito de soja.

jueves, 7 de mayo de 2009

Fogones

Me sobran varios dedos de la mano para contar entre mis amigas a aquellas a quienes les gusta la cocina. Me refiero a cocinar, no a comer. En cambio, si pienso en amigos, me faltan los dedos para nombrarlos a todos. Y no sólo lo hacen bien, es que además lo disfrutan. En los tiempos de mi padre, los hombres se metían en la cocina sólo los domingos para preparar una buena paella, pongamos por caso. Después dejaban todos los cacharros de por medio y sus mujeres tenían que ir recogiendo todo lo que ellos habían ensuciado, que no era poco.

Pero ahora no es así. Los hombres compran, cocinan y friegan. A diario. Los hay, sí, los hay. La única cosa que hay que tener muy en cuenta es que necesitan un reconocimiento constante. Si a cada bocado repites lo buenísimo que está, mejor que mejor. Y por supuesto ni te dejes nada en el plato ni se te ocurra no repetir. Da igual que te pongas unos kilitos de más. Lo importante es que tu pareja no abandone tan noble tarea nunca más.

En las cocinas profesionales ya es otro cantar. Siempre han sido territorio de machos, y lo que más me ha sorprendido es que lo siguen siendo. Ruth Reichl, una de las crítico gastronómicas más influyentes del mundo, afirma que, si a finales de los setenta anunció que por fin las mujeres llegaban a chefs, treinta años después las cosas siguen estando más o menos como entonces: los hombres siguen dirigiendo las cocinas de los grandes restaurantes. Y entonces cuál es el cambio, le pregunta el periodista Diego Salazar en una entrevista, a lo que ella responde que "la diferencia es que ahora las mujeres eligen no convertirse en chefs top". Y termina con otra frase sorprendente: "La mayoría de los chefs necesita una esposa que se dedique a mantener su familia unida". Menos mal que lo dice una mujer. Si lo llega a decir un hombre le hubiéramos encerrado en un calabozo junto con los maltratadores de género. Ver la crónica en la revista Etiqueta Negra http://etiquetanegra.com.pe/?p=281630.

Esto me lleva a otra de las conclusiones que llevo defendiendo al menos diez años, con poco éxito por cierto, o diría mejor con poco eco: las mujeres no llegamos más alto, y me refiero a puestos directivos, porque no nos da la gana. Porque queremos disfrutar de los hijos, queremos tiempo libre, queremos ir al gimnasio, queremos un café a media tarde para pensar en tonterías, queremos descentrarnos en mitad de la mañana y charlar con una amiga que lo necesita, por teléfono o en persona, queremos viajar sin tener que cancelar porque un cliente pidió un informe de última hora, queremos calidad de vida. Y la calidad la medimos en tiempo propio, no de los demás. Y por eso las Carme Chacón o las Rachida Dati no abundan. La primera apenas respetó las seis semanas mínimas que exige la ley para estar con su recién nacido. La segunda directamente se cogió cinco días de permiso y acto seguido se puso a trabajar. Y es que una Ministra, una Presidenta de Coca Cola o una Consejera Delegada del banco Santander no pueden priorizar sus asuntos personales sobre los profesionales, porque se deben a sus votantes, a los ciudadanos, a los accionistas, y a quien cuernos les pague un pastón por dirigir sus asuntos.

Y eso nunca lo veo en los medios. Estoy harta de leer cómo nos discriminan y no nos promocionan para los altos vuelos. Pero no escucho nada sobre nuestro desinterés por los puestos directivos, de nuestra falta de ambición profesional y de nuestra falta de centramiento para una sola cosa. Siempre estamos atendiendo varios fuegos y así disfrutamos más. Y eso sólo lo escucho cuando se lo pregunto directamente y a la cara a cualquiera de mis preparadísimas amigas currantes. Que las tengo. Gracias Ruth, me has dejado más tranquila con mis ideas políticamente incorrectas.

lunes, 4 de mayo de 2009

A tu casa o a la mía

Cinco mujeres se reúnen en torno a una mesa para pasar una noche de sábado. Unas tienen hijos, otras no los tienen. Unas tienen exmaridos, otras tienen pareja estable y algunas nunca han convivido con un novio. Y un último dato: todas se acercan peligrosamente a los cuarenta. Esto es lo que conversan.

-Pero entonces, qué hago? Si me ligo a un tipo y el tipo quiere acostarse conmigo y yo con él, me lo llevo a mi casa o me voy a la suya?
-Y por qué hay que decidirlo ahora, en frío? Eso ya verás en el momento, mujer, que no hay dos situaciones iguales, sin manual de instrucciones, no?
-Nada, nada, que luego te puedes ver en un lío. Yo de ti me iba para su casa. Si luego resulta que te agobias, terminas y te largas, y no dejas ni señas ni nada que te identifique. Si va a la tuya luego tienes que echarle, y eso es un palo. Además, la casa de un hombre dice mucho de él... Y si no te invita a su casa, a lo mejor resulta que vive con su tía abuela o peor, con su mujer y cuatro hijos!
-Pues no sé... yo lo de las sábanas ajenas lo llevo mal, y si resulta que llegas allí y tiene unas sábanas asquerosas y malolientes?
-Pues te piras...
-Para eso mejor mi casa entonces, no?
-Yo me iba a un hotelito, nada que guardar y nada que objetar. Si te gusta y repites ya verás para la siguiente cita...
-Claro que mejor no te acuestes en la primera cita, si lo que quieres es novio. Los hombres están en la parra y no valoran el sexo fácil. Siguen en las cavernas.
-Yo cuando tengo más de una cita y les digo mi edad se echan a temblar. Entonces trato de relajarles 'mira no quiero novio no quiero marido no quiero hijos, sólo quiero divertirme un rato, vale?'. Entonces me miran de nuevo y deciden que soy más rara que un perro verde. Creo que, en el fondo, les doy yo más miedo que las casaderas.
-Habéis ido a los bares de singles? Pero qué nivel de tíos más malo dios! Por qué no hay hombres que envejezcan sin barrigota cervecera y conservando el pelo?
-Sí los hay, no? Mis exligues, ahora que lo pienso, se conservan bastante bien...
-Pues preséntamelos, la mayoría de los que me encuentro por la noche son fatales hombres cuarentones que se han echado a perder... Y yo que no me he quitado todavía la minifalda...
-La mini... qué tiempos, pero no nos vemos ya un poco ridículas tan cortas?
-Todo depende de si tus caderas no se han ensanchado lo suficiente como para estar patética...
-Caderas? Y las rodillas? Las rodillas de una cuarentona no son las de una cría de veinte, venga queréis asumir vuestra edad!!!
-Me niego. Yo no quiero asumir que me hago adulta, quiero ser eternamente joven y llevar ropa juvenil y odio parecer una señora.
-Ya estamos ahí, y parece que fue ayer! No acabaremos como Anita Obregón, verdad?
-Pues si seguís con la minifalda, poco os falta!!! De ahí a una operación de tetas y otra facial y ya estáis plantadas en el patetismo...
-Pero entonces qué hago? Me lo llevo a mi casa o me voy a la suya?