my time is now (Nike)

PASA PASA ESTÁS EN TU CASA

COMO EN TU CASA



jueves, 30 de junio de 2011

Los jeans de solteras


Metes barriga, coges aire y entras en la empresa. Vuelves a escuchar que te llaman Manuela, por tu nombre. Ya no eres la 'mamá de X' durante las veinticuatro horas del día. Eres una persona por ti misma. Tienes una reunión de trabajo donde nadie habla de cacas ni pedos ni cremas para las irritaciones del culito. Les miras raro. Menos mal que una llamada al móvil te interrumpe la concentración. Es la mamá de X? Soy la pediatra de X, me has llamado. Un momento, dices, porque los pediatras son la especie humana más difícil de hallar al teléfono para ti. Sí, doctora, te he llamado porque me dice mi marido que el niño tiene una infección en los genitales, pero claro le ha llevado al colegio y ahora la profe del niño me dice que no puede estar allí con infección. Así es, mamá, pensé que ya no le tenías en el cole porque estaba de vacaciones y no le dije nada a tu marido. Tienes que tenerle en casa hasta que se cure. Y cuándo es eso, doctora? Pues si para el lunes próximo tienes suerte... Vuelves a la reunión, pero aún pensando en la crema para los genitales de tu hijo X. Sales de allí y te pides un café de la máquina. Entras en tu despacho y el silencio te parece un lujo asiático. Hay papeles, pero no hay babas. Los papeles son más fáciles de gestionar y crean menos estrés emocional. Tus tetas ya no chorrean porque ya pararon de dar leche, aunque los sujetadores tienen que seguir siendo los mismos hasta que vuelvas a tu talla de antes, si vuelves. Entretanto, has querido ponerte a régimen. Antes de que pueda notársete,  has visto a tu marido notablemente contento de tu puesta a dieta. Entonces entra una pedorra en tu oficina y te recuerda, tocándote la barriga, que tienes que recuperar la figura. Le dices que acabas de volver y que se relaje. Hija de puta, nadie sabe el estrés que esa frase puede provocar en una mujer que trata de ser madre, trabajadora y de conservar no sólo la pareja sino el atractivo femenino que un día intuyó poseer.

Es mentira que las madres seamos mujeres. Somos robots que tratamos de coordinar y ejecutar a la perfección labores para las que no sabíamos que podíamos servir unos años atrás, y sin perder ni un ápice de nuestro buen humor ni ganar un gramo para que nos quepan los jeans de solteras. Robots.

martes, 14 de junio de 2011

Simplemente HANNA

Hanna sale del hielo y parece esculpida en el. Dentro alberga a una niña cuyo único motor de rodaje es su padre e instructor de combate. Cuando estés preparada, le dice, puedes volver al mundo de los seres humanos. Pero recuerda, que si tú no la matas a ella, ella te matará a ti. Marissa Wiegler. O Cate Blanchett.

Joe Wright, director de Hanna, construye una peli a mitad camino entre el thriller y el cuento de hadas. Hanna es bella pero quema, exactamente igual que el hielo.

Música a cargo de los Chemical Brothers. Escapadas al desierto de Essaouira, a los bosques de Finlandia, a un puerto de carga o a un parque de atracciones abandonado en Berlín. Y una historia a la altura, medida y ritmo de sus escenarios. No cabe más y se te sale por la boca.

viernes, 10 de junio de 2011

dormir o vivir


Una vez tuve un novio que andaba por la vida tan estresado que dormir por la mañana más allá de las siete le parecía criminal, un asesinato de la propia vida. Perder el tiempo, decía, dormir es perder el tiempo. Con los años he aprendido que durmiendo no sólo rejuveneces porque te salen menos arrugas y menos canas, sino que además vives tu otra vida, la de los sueños inconscientes, y descansas un ratito de ésta. Que no es que ésta no nos guste, pero a veces está bien poner el off y entrar en La Otra Dimensión.

Los neoyorquinos, que todo lo comercializan, ahora venden horas de sueño por un precio razonable. Y si no son de sueño, por lo menos que sean de relajación. Por 17 dólares puedes disfrutar de 20 minutos de tranquilidad en una cámara privada en YELO, un salón de Manhattan (The New York Times), y empresas vanguardistas como Google o Cysco alquilan sillas de siesta para sus empleados y tienen cápsulas futuristas con ese fin. Han estudiado que un hombre con sueño es mucho menos productivo que uno descansado.

Así que lo que los latinos inventamos sin darnos ni cuenta y vivimos creyéndonos atrasados e ineficientes por exceso de calor, resulta que ahora los anglosajones lo comercializan como el agua mineral. Embotellan la siesta y la venden por horas sueltas.

Y es que, hasta cuando nos copian sacan más partido que nosotros. Será la educación calvinista o qué? Por mi parte, y dado que en los próximos años sufriré de falta de sueño profundo debido a los pipis, aguas y terrores nocturnos de mis hijos, pido rabiosamente al mundo anglo que inventen la pildorita del sueño. No quiero nada más que tener la sensación de haber descansado doce horas seguidas. Y al igual que me horrorizaba que hubiera una pastilla que eliminara el hambre, y con ello las ganas de comer y las delicias del sabor de un pata negra, también me espanta una vida sin sueños inconscientes, pero qué le voy a hacer...

martes, 7 de junio de 2011

In fraganti


No sé qué día fue que comencé a ver pelis de salón de peluquería, pero este finde vi otra. Me temo que enganche. Se titula ¡Qué dilema! y es una estupidez. Pero una de ésas, las peores, que para colmo te ves obligado a comentar al salir del cine. Por tonta pero también porque te preguntas 'y qué hubiera hecho yo en su lugar?'.

Y es que resulta que el fulano que la protagoniza, del que no recuerdo su nombre pero sí que tiene ese encanto de los osos todo terreno barra action men, descubre que la mujer de su mejor amigo se la está pegando a su socio con un crío lleno de tatuajes. Y ella es ni más ni menos que Winona Ryder, que sabe fingir cualquier cosa.

Y éste es el dilema. Tu mejor amigo es además tu socio. Su mujer se la pega con un  chavalín de veinte y si se lo dices arriesgas el mayor negocio que nunca hayáis tenido entre manos: ser proveedores de la Chrysler. Y por si fuera poco, ella amenaza con contarle que os acostásteis juntos, ella y tú, hace muchos muchos años ya.

Vale, es un argumento tonto, pero uno sale de la peli y algo tiene que comentar en la sobremesa. Y si te fueras de viaje y encontraras que, en la mesa de al lado, el marido de tu mejor amiga se la pega con una extraña? Quien dice amiga, dice amigo...

Yo lo que pienso es que la vida está llena de matices.