my time is now (Nike)

PASA PASA ESTÁS EN TU CASA

COMO EN TU CASA



martes, 22 de mayo de 2012

SOMBRAS TENEBROSAS


Quería escribir sobre Johnny Depp y su conde drácula para Tim Burton, o Barnabás Collins. Quería escribir de él pero lo que me vienen a la cabeza son otras imágenes. Me viene una amiga que quizá se queda sin trabajo en breve. O mis compañeros que nos fuerzan a la huelga cada día desde hace unos cuantos. Nos fuerzan a luchar por unos derechos que muchos hemos dado por perdidos antes de empezar.  Si todos fuéramos como yo y como Arcadi Espada, que decía esta mañana que las huelgas en España en la última década no han servido para nada, uff... si todos fueran así nos habríamos quedado con leche en vez de sangre en las venas. Si los jóvenes no se manifiestan y chillan y protestan en la calle, qué les queda de la mítica rebeldía antisistema que conlleva la pasión de las primeras reivindicaciones? Si ya no protestas a los veinte, a los cuarenta qué harás, tirarte en el sofá a ver series de la tele mientras bebes cerveza de lata? 

La otra imagen que duerme conmigo es la de Rato dimitiendo como si nos hiciera un favor, como si no fuera delito esconder y engordar las cuentas de un banco por 3.500 millones y sin que te pase nada. Me vienen a la cabeza todos esos consejeros de bancos que no pierden más que un trocito de su indemnización, en el mejor de los casos, y nadie les juzga por los delitos cometidos y tipificados en el Código Penal. 

Esperanza Aguirre decía esta mañana en Onda Cero que silbarle al Príncipe de Asturias en el partido de fútbol de la Copa de España -o algo así- es un delito de traición a la patria y debería suponer la suspensión del partido, a lo Sarkozy. Y los delitos de los gestores de la banca, en dónde se pena por ellos, señora Esperanza? 

No me haré de Aurora Dorada, el partido nazi de los griegos, ni pondré minas antipersonas para que los banqueros no puedan salir de su trono sin más que una carta de dimisión, pero ganas de encerrarles en una reja con vitrina incorporada, no me faltan. 

Y mientras tanto, Johnny Depp nos chupa la sangre en una magistral dirección  de Tim Burton tan tenebrosa como sombría y divertida. Los genios son así. Te chupan el presupuesto semanal y quieres volver.