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jueves, 25 de octubre de 2012

El mecenas


Qué es un empresario, le preguntaron a Adelson -el jefe de los casinos y amigo de Esperanza Aguirre- y contestó que es "alguien que no puede centrarse en una cosa mucho tiempo y que nunca consigue permanecer en el mismo trabajo". Dios, parece contradictorio pero tiene razón, porque a ver, me puse a pensar en empresarios que conozco, y efectivamente no se centran mucho en ninguna conversación, sólo se escuchan a sí mismos, son los que más saben de lo que están hablando en el momento que sea y su mente corre dispersa de un proyecto al siguiente sin poder tener el culo quieto. 

Y luego me puse a pensar en Gao Ping, ese mecenas del arte y los negocios en cash que guardaba millón y medio de euros en una bolsa de plástico dentro de un depósito de gasolina, al tiempo que concedía entrevistas a El País y se fotografiaba con el Rey. Pronto habrá una  peli sobre él y varios libros, al tiempo. 

En cambio, Sheldon Adelson no se las da de mecenas, sabe lo que quiere y lo consigue a base de talonario. Tiene una Venecia inventada en Macao por la que navegan góndolas y gondoleros sobre un cielo de mentira, una piscina montada sobre 3 torres de 300 metros en Singapur y ahora viene a por el cielo de Madrid. Pone sus condiciones: cambiar el Estatuto de los Trabajadores, dos años sin pagar la Seguridad Social y que se modifique la ley antiblanqueo de capitales. 

Si Gao Ping llega a pedir algo así cuando montó su primera tienda de  todo a cien, le hubieran dicho 'lárgate con tus miserias a tu país chino de pacotilla', pero Adelson es americano y su dinero huele mejor. La misma mafia pero sobre la mesa. Hagan juego. 

miércoles, 3 de octubre de 2012

Es el sexo, estúpido!


Sexo a los sesenta, los setenta o los veinte, qué importa? Necesitamos tocarnos, sentirnos, olernos, amarnos aunque a veces sea de mentira. El ser humano, por mucho que  lo hayamos sofisticado y ocultado bajo un aspecto más bien enfriado y egocéntrico, necesita como el aire que respira tocar y besar a otros seres humanos. O no? 

Eso le pasa a la pobre Meryl Streep -porque por mucho papel que interprete de un modo magnífico para mí siempre es MS- en su matrimonio después de cincuenta años a la sombra de Tommy Lee Jones. El esposo se  le ha hecho viejo, comodón y gruñón, os suena de algo? Espero que no porque estamos lejos de los setenta, pero nunca es demasiado pronto para aprender de los errores ajenos! 

Meryl quiere lo que queremos todas: dedicación, sonrisas, cenas románticas, bailar a la luz de las velas y hasta echar un polvete de vez en cuando. Y que la toquen, que la sientan, que la manoseen. Tommy, en cambio, quiere su sillón acoplable a su culo gordo, su serie de TV antes de dormir y su desayuno de huevos con beicon antes de salir para el trabajo. Ah, y toda una cama para él de modo que pueda roncar a sus anchas. 

Con esa perspectiva, se hace duro pensar en un final feliz, a pesar de estar viendo una peli etiquetada como comedia romántica Si de verdad quieres

Y en eso se cruza en su camino un psicólogo de parejas infelices. Donde todos los sueños son posibles y donde las  fantasías sexuales tienen que ser  reveladas en común y sin miramientos. 

Divertida y emotiva. No le pido más.