
Nerviosos ante la cámara que le enfoca, ruegan a la doctora que trate de verle el sexo. La doctora sonríe amablemente y hace lo que puede, mientras efectúa las comprobaciones que ella considera imprescindibles. El pliegue nucal, el sonido del corazón, la distribución de los miembros del cuerpo en formación, el tamaño y forma de la cabeza. Sigue y sigue con las comprobaciones. En un cierto punto de la prueba, llama a otra doctora para verificar sus comprobaciones. A la pareja ya no le interesa el sexo de su bebé, sólo quieren saber qué está pasando. Cuando terminan las comprobaciones, ya no sonríe nadie. El feto tiene un cromosoma de más. El número trece.
Sigue una autorización del seguro médico para realizar una biopsia en ese centro tan exclusivo y sin pagar. Sigue la espera de cuarenta y ocho horas. Sigue la confirmación telefónica de lo peor y una cita con la doctora para explicarles lo que viene después. Se dirigen al centro médico con todo el miedo metido en el cuerpo y preparándose para los acontecimientos, pero para su sorpresa, antes de ver a la doctora tienen que pasar por el departamento de Atención a la Paciente. Qué otra cosa más importante que conocer los resultados de la biopsia puede haber, se preguntan ellos. En ese amable departamento les recibe una señora pija y muy bien vestida, que les pregunta qué hacen allí. Venimos porque la doctora X nos ha derivado a usted. La señora pija llama a la doctora X, que le confirma que lo que ellos necesitan es una ILE. Ah, dice ella, ya comprendo. Necesitan que les pase el presupuesto de una ILE. Una qué, pregunta la paciente. Perdone, una Interrupción Legal del Embarazo antes de la semana 13. Nosotros le llamamos ILE para abreviar. Normalmente no las cubren las mutuas de seguros, por eso necesitamos que vean el presupuesto antes de ver a la doctora. El presupuesto los deja con los ojos de pasta de boniato. Cuatro mil euros. Y esto no lo cubre la mutua, dice usted? Miren con la suya, contesta la señora pija, pero la mayoría de ellas no lo cubren, y el cliente, claro, si lo tiene que pagar de su bolsillo, pues es mucho dinero, ya lo comprendemos. Por eso les facilitamos el presupuesto, por si quieren hacerlo en cualquier otro centro más económico. Pero, dice la paciente, es que yo vengo a esta clínica de toda la vida, mi ginecóloga está aquí, todo mi historial está aquí, las pruebas se han hecho aquí, y si ahora me voy a otro centro, quién sabe cuántas más pruebas, cuántos más doctores, cuántos otros presupuestos... y el tiempo corre, sabe usted? Ya, ya me hago cargo. Evidentemente nosotros se lo podemos hacer, claro que sí, pero sólo les damos el presupuesto antes para que lo piensen. No tienen que decidirlo ahora. Sí, sí tenemos que decidirlo ahora, señora pija, piensa alterada la paciente.
La pareja hace sus cálculos angustiada y deciden de dónde sacarán los cuartos para pagarlo si fuera necesario. Y ya con esos cálculos hechos y seguros de poder afrontarlo, bajan a escuchar lo que la doctora tenga que decirles. La doctora no habla de dinero, simplemente les explica lo del cromosoma y lo de la ILE.
Al día siguiente se presentan en el hospital y le dicen a la administrativa pija de admisiones, ya familiarizados con el término y sintiéndose más cómodos con esa palabreja que con la verdad, que vienen a realizar una ILE. La administrativa de admisiones no les encuentra en la lista. Es que vienen por lo privado? Sí, porque no sabemos si la mutua aceptará, no hemos tenido tiempo de preguntar... Sí, sí, comprendo, dice la administrativa pija. Pero entonces pasen a la planta séptima, allí les harán el ingreso.
Suben hasta la séptima, donde otra administrativa pija les explica que, una vez ingresen el total de los 4.000 euros, les dará una habitación y avisará al personal para que preparen la ILE. Lo que pasa es que no nos dio tiempo a pasar ni por el banco, con las prisas, así que ahora le podemos dar 2.000 euros de la tarjeta y el resto a la salida, le parece bien? Podría ser el resto por transferencia esta misma mañana?, dice la administrativa pija número dos. Sí, llamaremos al banco ahora mismo, en cuanto nos den la habitación y desde allí, no se preocupe usted. Ok entonces, dice ella ya más relajada. Si les avisa el banco de que ha hecho la transferencia, por favor podrían acercarse a avisarnos? Sí, piensa la paciente, mientras me meten pastillas en la vagina para que expulse a mi hijo y me pinchan un suero en la mano izquierda, no se preocupe que me queda la derecha para bajarme aquí en zapatillas y en bata de quirófano a avisarla usted de que ya han cobrado.
Y sino qué? pensaron al salir de allí. Esperas, colas, más informes, más médicos, más días en la barriga de ella. Todo se redujo a dinero. Todo fue rápido y eficaz. Me podría haber pasado a mí. Estamos en sus manos.