my time is now (Nike)

PASA PASA ESTÁS EN TU CASA

COMO EN TU CASA



miércoles, 20 de julio de 2011

A tu imagen y semejanza


Tú crees que cuando buscas en google 'bodas' o 'escándalo Murdoch' te aparece lo mismo que a mí? Pues te equivocas, y no depende sólo del día y la hora en que introduzcas la palabra en tu ordenador, sino de tu ordenador mismo. Ese que te acompaña día sí día también, que te consuela cuando no tienes ni perro que te ladre y te busca amantes virtuales para que no te sientas solo en las noches frías. Ese, en realidad, es tu espía. Te analiza y procesa la información que le confías calladamente, y el día menos pensado te conoce mejor que tu pareja y hasta que la madre que te parió.

Roger Cohen lo cuenta estupendamente para el suplemento New York Times que trae los jueves El País. Tiene que ver con un algoritmo que las búsquedas utilizan para individualizarte y tratarte de modo personalizado. Conocen tus gustos y tus filiaciones políticas, de  modo que la información que te ofrecen cuando quieres ampliar tus conocimientos es más de la misma cuerda. En vez de llenarte la cabeza con ideas opuestas a las tuyas, lo que podría contrariarte, te bombardean con más de tu misma forma de pensar el mundo. Si eres de derechas, tu búsqueda sobre el cambio climático no dará los mismos resultados que si le has demostrado al ordenador que eras de izquierdas -o lo que quede de eso-. Y si eres ecologista, pues no encontrarás lo mismo sobre la tala de árboles en Islandia que si eres el jefe de una petrolera.

De este modo, igual que los de derechas escuchan las tertulias de Onda Cero y los de izquierdas las de La Ser -resumiendo mucho- porque lo que quieren es reforzar lo que  ya sabían y así se quedan más contentos, y leen El País o el ABC en función de las mismas variables, y jamás he visto a nadie que termine una discusión pensando diferente a como la empezó, pues Google ha optado por la misma variante: darnos la razón.

Dice Cohen citando a Halpern en un artículo titulado Control Mental e Internet en The New York Review of Books que una de las "numerosas consecuencias insidiosas de esta individualización es que, al adaptar la información que recibes a la percepción que tiene el algoritmo de quién eres, una  percepción que elabora con 57 variables, Google te  dirige hacia el material que reforzará con más probabilidad tu propia visión del mundo, tu ideología y tus convicciones".

Información individualizada igual a ciudadanos idiotizados y ensimismados en sus propias creencias. Así que tampoco la red nos abre fronteras, sino que nos convence de que somos los más listos de la clase y nuestras ideas las mejores.

Intentar salir de ahí sería como si Truman -por El show de Truman- hubiera conseguido romper el papel de azul cielo que vestía el final de su mundo.

jueves, 14 de julio de 2011

ROSALINDA IS BACK

VUELVE ROSALINDA, LA BRUJITA MÁS INOCENTE DE TODO NOWHERE'S LAND... HA LLEGADO POR FIN A PARÍS... PINCHA AQUÍ

lunes, 11 de julio de 2011

Principiantes


Beginners es una peli rara, agridulce, tierna. La saboreas mientras la visionas y luego la olvidas. O será que yo tengo tantas cosas en la cabeza los fines de semana que retener una peli en mi memoria sería un plus de extraordinaria que no le hallé.

Ewan McGregor no tiene ni zorra idea de cómo enamorarse ni enamorar a nadie. Y claro, los principiantes en el amor que, para colmo, carecen de segundas intenciones, pringan con la más chalada de todas. Se llama Mélanie Laurent y está muy muy buena, en iguales proporciones que muy muy pirada. Actriz, viajera de hotel en hotel. Como a todos los personajes de éxito, le gustaban los hoteles caros hasta que tuvo que dormir en ellos muchas noches seguidas y se dio cuenta de que olían a naftalina y extravío. O vacío, a pesar de que odio que rime.

En cuanto al chico de la peli, Ewan, tiene ese toque romántico de chico desastre que no sabe cómo diablos seducir a nadie, ni tampoco a sí mismo. Por qué me dejaste escapar, le espeta ella en un momento dado. Porque primero pienso que todo saldrá mal, y luego me esfuerzo en que así sea. Es fácil identificarse con él si eres de los que va a ver pelis de perdedores.

En mi próxima vida, me gustaría ser un poco Melania.

martes, 5 de julio de 2011

Mono eres y en mono te quedarás


Vivo entre la duda y la incredulidad. Y si no soy lo que creo ser? Y si no formo parte de la comunidad a la que creo que pertenezco? Le pasó a una chimpancé en los años sesenta, a la pobre la criaron entre seres humanos para estudiar sus comportamientos, y cuando le hicieron caer en la cuenta de que era una simple primate, la pobre entró en depresión. Había vivido entre personas ergo se sentía una más entre ellas. Su entorno socioecómico y educativo era el de los humanos y no el de los monos. Por mucho que su genética jugara en contra.

Ahora la CEOE, la patronal de los empresarios, con no sé qué fines, ha elaborado un informe desde su think tank Instituto de Estudios Económicos, titulado Educación y Formación Profesional, en el que afirma sin rubores que el determinismo genético de las personas es más influyente en su educación que el propio entorno social y económico en el que sobreviven.

Y por qué la patronal paga ahora por estudios sobre la educación y sus factores condicionantes? Será que quieren justificar que el recorte del gasto público en Educación no influye en el rendimiento académico de los escolares porque, se invierta en ellos lo que se invierta, su desarrollo intelectual está determinado por su biología y cromosomas? Será posible? Y sino, a qué se meten ahora a estos menesteres?


Soy la primera convencida de que la genética determina aproximadamente el 50% de lo que podemos ser. Atención a la cursiva. Como dice la catedrática MP Jiménez Aleixandre para El País de ayer lunes, 'la expresión de los genes es el resultado de los genes y el ambiente'. Y pone un  ejemplo: podemos tener una genética que potencialmente nos lleve a ser altos. Pero si no gozamos de una buena alimentación y condiciones sanitarias aceptables, nos quedaremos canijos por mucho que los genes nos pudieran haber llevado a las ramas de los árboles. Igualmente, podemos tener facilidad para la escritura, las matemáticas o la pintura, pero si nadie nos pone los instrumentos en las manos para desarrollar esas predisposiciones intelectuales, nos quedaremos en proyecto fallido de matemático o artista.

No hay que ser Einstein para entenderlo.

Luego la CEOE abunda en el fango y arremete contra los horarios escolares. Resulta que la  culpa de que yo, como  madre  trabajadora de multinacional, tenga unos horarios incompatibles con los de la escuela de mis hijos, no es de la empresa para la que trabajo como una perra, sino de las puñeteras  profesoras  de mis hijos, que son feministas y reivindicativas y han conseguido reducir los horarios escolares de modo que mis hijos salen de estudiar como cuatro horas antes de lo que deberían. Ellos salen a las cinco de la tarde y yo a las ocho o las nueve de la noche. Pero no es que mi horario esté mal y que no sea sano que uno viva por y para trabajar. No es que la empresa privada tenga que hacer examen de conciencia para ver porqué tiene que  hacer tantas horas para producir lo mismo que un alemán en la mitad de tiempo.  No. Es que las mujeres profesoras de escuela han conseguido que los niños no vivan en el colegio día y noche como deberían, para no perjudicar la productividad de sus padres.

En definitiva, que lo que está mal no es que yo me pase el día en la empresa  de sol  a sol, y no vea más luz que la del neón de mi oficina y la de los coches en la carretera de ida y vuelta del curro. Lo que está pésimo es que mis hijos no hagan el mismo horario que yo en sus colegios, de  modo que así mi jefe no padecería mis prisas  por salir a recogerles ni tendríamos que pasar las tardes en actividades tan poco rentables como jugar en  el parque o comprar juntos en el super. 

Luego se quejan de que los niños crecen solos y se  pasan el día frente a la videoconsola o se desnudan por internet para pagarse unos extras.