De pequeña quise ser astronauta, entre otras cosas que no me atrevo a nombrar. Luego crecí, odié las matemáticas, las ciencias en general y me dediqué a leer, escribir e interpretar lo que escribían otros, cosas de abogados, y nunca más pensé en mi profesión frustrada. Nunca más, hasta que la semana pasada me senté en el sillón del cine vo para ver Gravity. La Bullock está inmejorable, con toda esa claustrofobia que te contagia nada más salir a escena detrás del cristal de su casco gravitatorio. Yo casi me quedo sin oxígeno con ella. Pero luego llega Clooney, el más genuino y actual de los Cary Grant, y todo te lo confunde. El espacio, las estrellas, sus ojos azules que resultan no serlo y su imagen de perdido por el firmamento. Y quieres dar piruetas como él y con él y aferrarte a sus manos, segura de que nada te va a pasar si te abotonas a su camisa de fuerza. Todo eso, y unas gafas 3D que te lo colocan a una distancia ridícula de tu mano. Casi le toqué, si no fuera por el traje. Y acabé agotada de tanto viajar, respirar a sorbos lentos para no quedarme sin gas, apagar incendios y encender interruptores en chino y ruso de naves Soyuz que están a punto de estallar. Fui Sandra Bullock. De hecho, todavía me siento un poco Bullock mientras mis piernas se desplazan por la cocina de casa y trato de levitar mientras preparo el desayuno.
2 comentarios:
Te puedes creer, aún no he visto ni una sola peli en 3D.
Me apunto esta y a ver si mis numerosisisisisisisimas obligaciones de padrehipermodernotrabajadorquepuedecontodo me deja un par de horas libres.
Un beso
CARLOS: jajaja, para mí ha sido mi primera experiencia en 3D, en realidad no tenía ganas de 3D porque me parece un rollo eso de ponerse unas gafas para ver la peli, me gusta la experiencia tradicional de ir al cine, pero había que intentarlo y la verdad que para esta peli vale la pena... saludos!
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