Un hombre trabaja en un colegio parvulario. Dinamarca. Bosques inmensos y ciervos. El hombre es guapo. Más que eso. Una niña no encuentra a sus papás para volver a casa, y su profesor la acompaña caminando. Casualmente, esa niña rubia de seis años es la hija del mejor amigo de ese hombre. Cuando la deja en casa, su padre le invita a pasar y toman café. Un día y otro día. La vida en el campo, te dices, qué sencilla parece desde la mirada del urbanita estresado.
Y otro día cualquiera, esa niña ve cómo sus hermanos hablan de vergas y de cine porno. Y ese mismo día, su profesor le rechaza un regalo de un corazón que ella ha confeccionado para él, no se sabe porqué. Y ella decide inventarse una historia de vergas y corazones rotos. Y ese profesor, ese hombre mejor amigo del padre de la niña rubia, deja de ser mejor amigo para convertirse en presunto abusador de menores. Sin el presunto delante.
Como en las guerras, hay historias que no tienen final. Y Thomas Vinterberg ha construido una muy bella en La Caza.
4 comentarios:
Qué fácil resulta destruir la vida de una persona sin motivos. La película es aterradora. Y real. Y muy, muy buena.
JUAN RODRIGUEZ MILLAN: sí Juan, yo me quedé con la misma sensación que tú... qué bueno saber de ti, abrazos!
Si voy a sufrir no quiero verla aunque me encantaría. Un besito.
LOLA: hola guapa, es posible que se te encoja el corazón, pero es muy tierna también... besos!
Publicar un comentario