Mi casa es tu casa, le dije yo a un amigo que se acababa de quedar desparejado. Claro que, seguí, ahora mismo la mía no sé dónde está. La mía tampoco, me respondió él, porque mis cosas están donde mi mujer, pero mi vida ya no la siento allí. Bueno, interrumpí yo, en cuanto a mis cosas están en un camión de mudanzas en estos precisos momentos, pero lo que es mi vida, mi vida está aquí mismo, y allí, y más allá. Yo que sé dónde estará. Pero allá donde vaya, yo la pienso seguir, y mis cosas también.
Bueno, prosiguió él, entonces en qué quedamos? Me das cobijo o no, mientras mi mujer me echa a los perros? Pues claro, hombre, le dije. Faltaría plus. Si yo tengo un colchón donde dormir, tú tendrás otro cerca. Ya veremos si nos toca compartirlo o podemos separarnos. Pero tú no te quedas en la calle.
Surrealista, eh? Viene a raíz de una trifulca que tuve la semana pasada. Me llamó un amigo que, exactamente eso, se había quedado compuesto y sin novia. Por mi parte, me hallaba en medio de una mudanza de dimensiones descomunales, trastos aquí, trastos allá, paquetes para arriba y para abajo, problemas para encontrar mi ropa por las mañanas, un montón de basura que yo pensaba que eran mis cosas, por tirar para caber en la casa nueva, zapatos por reclasificar y abrigos y bolsos que no recordaba que existían. Por mencionar nada más los estorbos materiales del asunto.
El caso es que, en medio de ese follón, llega él con sus problemas familiares y me pide un techo temporal para vivir desparejado. Y mi vecina Lola que lo escucha, va y me dice que si estoy loca, que si me voy a meter a ofrecerle mi casa en un momento de caos como el que estoy viviendo. De qué caos hablas, le digo, de la mudanza? Para caos el suyo, que su mujer le ha dejado por otro, no? Pero mujer, me dice, que pregunte a otro amigo, que ahora mismo pues no estás en disposición de alojar a nadie, tú sabes la que tienes encima?
Y por eso yo le respondí a mi amigo, que mis cosas pueden estar en cajas, un día haces limpieza y vas y te das cuenta de cuántas cosas te sobran, de cuántas cosas te quitan espacio para ver a las demás. Y llenas el basurero con parte de esas cosas, para que desaparezcan, y te sientes liberada. En cambio con los amigos no es así. No vas y haces limpieza de los buenos amigos. Y ahí, en sus caras y en sus abrazos, es donde está tu vida. O tu casa. Lo demás, lo demás casi no importa. Un día te das cuenta de que las cosas son lo único de lo que se puede prescindir y ser más feliz.
12 comentarios:
me parece estupendo lo que cuentas Manuela,la cosas , cosas son.Muchísimas tiene valor sentimental y no nos gustaría que desaparecieran ni que se perdieran , pero los amigos , las relaciones personales...ahí están.¿loca por ofrecerle la casa durante una mudanza? Si a él le parece bien, el que se mete en un caos de casa es él , no tú.Y si a él no le importa ¿x que te va a importar a tí?
Yo también te apoyo. A veces no somos conscientes de la cantidad de cosas inñutiles que podemos acumular en nuestras casas hasta que nos vamos y nos toca empaquetarlas. Una mudanza es una experiencia estresante pero una separación siempre resulta traumática.
Cada día me siento más zen y menos apegada a lo material pero de lo que no puedo prescindir tan alegremente es de la amistad: de mi familia de corazón, que son esos amigos que cuidas y te cuidan y, en esos momentos tan duros como el que pasa tu amigo es donde se demuestra la solidez de esa amistad.
Un besote y que os sea leve!!
Uffffff, buen ejemplo. Mi casa suele estar donde la mirada de mis amigos (de esos que hay dos o tres) muchas de mis cosas están en cajas hace tiempo, y, ¿sabes? hace tiempo que no me importa...
En cierta ocasión salí huyendo de mi casa. Eran las tantas de la noche. Un amigo me dio cobijo. Inolvidable.
No sé quien dijo que "mi casa está donde cuelgo el sombrero". Fue leerla y adquirir la sana costumbre de hacer limpieza de trastos cada vez que puedo, y ni te imaginas que sensación de ligereza te entra!... y haces bien en acoger a tu amigo, siempre es deprimente pasar por ese trago y en buena compañía se pasa mejor, y además podrá echarte una mano con la mudanza que nunca viene mal, que ya sé que sueno un poco cínica, pero siempre he pensado que las buenas amistades son las de dos "sentidos" .... ánimo con la mudanza, dicen que es estresante, y sé por experiencia que lo es, pero luego da gustazo eso de estrenar "nuevo entorno"... es como si no te quedaras apalancado siempre en lo mismo... bueno, o eso al menos me pasó a mi.
Cris
y hablando de mudanzas y de cosas materiales.Me resulta muy gratificante regalar algún objeto que ya no quiera a algún amigo.¿habeis sentido esa sensación tan agradable de ver un cuadro que tu ya no querias cambiado de marco y en la pared de la casa de un buen amigo ?¿o un perchero de pared que ya no quieres porque has pintado la casa y ya te parece aburrido y lo ves colgado en el recibidor de casa de tu íntima amiga con sus llaves ? Es muy gratificante , es parte de tu vida en su vida...señores ..llega la navidad, nos ponemos sentimentales...
Estoy contigo, Manuela, que los amigos son los amigos en cualquier circunstancia, y las cosas son solamente cosas. Yo soy de mucho tirar y eso quiere decir que no siento apego por las cosas, pero con la gente que quiero comparto mi casa aunque esté patas p`arriba.
Un fuerte abrazo Lola
entre todos con vuestros coments me habéis hecho sentir muy bien, si tenía alguna duda sobre mi actuación se ha disipado, mis amigos siempre han sido una de mis familias favoritas y sin ellos no puedo vivir... lo que no consigo es retomar mi sueño con Obama... leí los comentarios de los chicos que se colaron en su cena en la Casablanca, estaban desolados y aseguran que estaban invitados y que tienen unos mails que lo confirman, qué historia tan rara, por qué se sienten tan apenados y la gente les critica? si hicieron algo osado que es burlar toda la seguridad del Presidente y colarse en su casa como si tal cosa, un cero para la seguridad de la Casablanca, una buena bronca que se habrá llevaado el jefe de seguridad, pero para ellos, no sé yo lo encuentro divertido, los americanos parece que se han cabreado mucho con ellos, es que son demasiado patrioteros... aquí qué gracia tendría que alguien se cuele en una cena en la Zarzuela, siquiera en Moncloa? mira en la Zarzuela todavía tendría su punto, para ver los entresijos de la sangre azul... de todos modos le tengo que contar a Obama que él y yo tuvimos cena íntima en un indio de Nueva York, eso sí que es una noticia, y sin seguridad ni prensa ni tonterías, tete à tete y a la luz de las velas...
No es por nada, pero el que debe de estar encantado es tu marido, o pareja, o lo que tengas....que si sueño de cenita romántica con Obama, que si ahora le hacemos un hueco en casa a un amigo que lo está pasando mal....
Nunca he entendido lo de compartir mi casa, mejor dicho mi cama, con amigos/as por muy mal que se encontraran. Y eso que me precio de tener grandes amigos, pero son de los que trás una cena y varias copas se marchan. Da igual el motivo de la cena, celebración o terapia de pareja, al final cada cual duerme donde debe, o donde pueda.
Ya te digo querida Manu, cuidadito con tus sueños y con lo de jugar a psicólogos que la cosa está muy complicada.
o sea Mohren, que si un buen amigo tuyo está pasando por problemas, del tipo que sea, y te pide que le alojes por unos días, no lo harías?
Matizaré un poco tu pregunta, en mi caso sería si una buena amiga tuviese problemas y me pidiese dormir en casa...
Creo que sin ninguna duda le diría que no. La mandaría a casa de algún familiar, a algún buen hotel o yo que sé donde. Le prestaría mi ayuda totalmente incondicional, le dedicaría todas las horas del mundo, le escucharía, le recomendaría a mi psicóloga que por cierto es formidable, pero a dormir a otro sitio.
Intuyo que a Mohrenwitz los anuncios de la "Republica Independiente de mi casa" de IKEA le deben horrorizar... y aunque creo que comparto con él un punto de vista de la vida tirando a realista, hombre, siempre hay momentos en que uno debe abrir su vida y su casa a los amigos cuando estos lo necesitan, porque seguramente el amigo-amiga desesperado en un momento dado dispone de dinero suficiente para irse a un hotel... pero no es lo que necesita, sino precisamente saber que "pertenece" emocionalmente a ciertos sitios, como puede ser, en este caso, la casa de un buen amigo o de una buena amiga.
Cris
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