En el año 88 no bastaba con decir NO a una violación. NO si habías estado provocando primero o vistiéndote de modo indecente. NO si habías bebido o fumado marihuana antes de la violación. Por eso lo primero que le consigue su abogada a una joven Jodie Foster en Acusados es una condena de sus violadores por 'imprudencia punible' o algo así, en vez de por un delito sexual que tan mal quedaría en el expediente de un joven y prometedor universitario con abogado de pago.
Eso ya no podría pasar ahora, pensé yo cuando la vi de nuevo hará unos meses. Y sin embargo, anteayer asistí a unas charlas donde escuché historias macabras de prepotencia y desidia por parte de la Administración española y catalana. Desidia entendida como falta de cuidado y de interés en los casos de los ciudadanos, donde parece que hay veces que las resoluciones se comienzan a escribir por el final y después se adapta la historia al final que ya está escrito. Prepotencia porque escuchan a los acusados como si oyeran llover y luego les incriminan sin darles explicaciones en cristiano, sino con palabrejas de esas que sólo entendemos los juristas. Eso en mi pueblo genera indefensión, desconfianza y sufrimiento.
Y digo yo: la administración no era esa cosa que pagamos entre todos? que van desbordados? bueno, y los ciudadanos no? Que cobran poco? y los de a pie cobramos más?
No puedo reproducir las historias que escuché en vivo y en directo porque atentaría contra el principio básico de confidencialidad e intimidad de los afectados, pero había un montón de padres, de madres, de abuelos, a los que el poder omnímodo de la Administración les ha quitado la custodia de sus hijos, y lo grave del asunto es que lo han hecho por razones que ellos no entienden.
Si todos los alumnos de la clase suspenden, no será que el profesor se explica mal? Vi caras que se parecían mucho a la que pone Jodie Foster cuando, después de ser violada por tres tíos, la obligan a seguir un 'procedimiento' y luego ve cómo pasa de ser la víctima a la provocadora de su propia violación. Y cómo sus violadores son acusados de 'imprudencia punible' en vez de por el delito que cometieron. Se pierde en el marasmo legal y judicial, en el 'procedimiento', donde las reglas del juego son tan sucias que nadie se atreve a nombrarlas en público. Donde NO, a veces, no significa NADA.
Han pasado 26 años desde que Foster ganó un oscar por ese papel, pero los ciudadanos del 2014 en Cataluña siguen viendo cómo se quedan sin ayudas para sus hijos, sin asistencia social para sus mayores y menores, notificados y acusados en resoluciones imposibles de comprender salvo que andes con un abogado pegado al cuello, pisoteados en sus derechos salvo que te puedas pagar un picapleitos de esos que chupan la sangre, y no pasa NADA.
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