my time is now (Nike)

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martes, 31 de enero de 2012

Quirófanos o Banderas


Ei, le dice Bruselas a Artur Mas, que esas ayuditas que estáis dando a vuestra supuesta compañía de bandera nacionalista, que quizá no son legales, que las estamos estudiando con lupa, y que antes de seis meses os diremos si tenéis que devolver todo ese dineral que estáis soltando para que El Prat compita con Barajas a todo trapo. Los de Catar Airlines que lo escuchan de lejos, desde su emirato, y cuando ponen la antena salen corriendo y dicen que para invertir en Spanair primero tienen que garantizarles que Bruselas no lo tirará todo por la borda en seis meses, y no sólo habrán invertido en una compañía deficitaria sino que además tendrán que devolver todo lo que pongan a fondo perdido... La Generalitat que se ve sola en este entuerto y acaba por pensar: quirófanos o banderas? No lo he dicho yo, ya quisiera, sino Arcadi Espada esta mañana para Onda Cero. Para banderas el Cuéntame, que ya  hemos superado los ochenta...

martes, 24 de enero de 2012

Una mujer con pantalones


Lo peor de ser viejo o ser niño, es que todos los demás se creen superiores a ti, y por lo tanto invisibles, y eso supone que hablan de ti a escondidas con otros supuestos adultos, y hasta de vez en cuanto te hablan a ti en tercera persona, como si fueras un muñeco. Mamá te pone la chaqueta? He escuchado esta mañana que se levantaba y daba voces, creo que se acuerda de papá y no se da cuenta de que papá murió hace años... lo vive como si estuviera aquí con ella, no sé si deberíamos consultarle a su doctora estas cosas, estoy tan preocupada... no la dejes salir, cuidado con que coja la puerta y se marche que luego no sabe volver sola... susurros en tu cabeza, o en la de Margaret Thatcher, la Dama de Hierro.

Es la última peli de Phyllida Lloyd, la directora de Mamma mia! y tiene el lujazo de permitirse a Meryl Streep como primera actriz y dama en escena. Una irreconocible MS detrás de un maquillaje y tocado perfectos, además de una voz distorsionada que sólo ella podía conseguir. Y esos ojos, que ya hubiera querido tener la Thatcher!

La peli arranca del lado humano de una vieja de ochenta años, llena de convicciones  y recuerdos que parecen más vivos que ella. Le gusta ir a comprar leche a la tienda de la esquina como si fuera una más, pero no le gustaría morir limpiando una taza de café, sino salvando al mundo de la hipocresía y la falta de rigor. Hoy en día ya sólo tenéis sentimientos, las personas de ahora, antes nos dedicábamos más a actuar y menos a sentir esto y lo otro, dice una Prime Minister venida a menos y llena de achaques.

Y por mucho que recuerda su infancia, adolescencia y época de estrellato, olvida cosas tan nimias como quién le acaba de preparar la comida o la mantiene encerrada en casa para ahuyentarla de los peligros. Olvida que su marido no vive en casa y que su hijo está en Sudáfrica. Es dura con la única hija que se ocupa de ella, y que se aguanta las lágrimas por no reconocer a quien fue un día la mujer más poderosa de Inglaterra. O debería decir del Reino Unido.

Margaret no lo tuvo fácil. Era la hija de un tendero y era mujer. Malos tiempos para una sociedad clasista y machista. Pero una ambición como la suya no se dejaba vencer por semejantes minucias. Y pasito a pasito fue demostrando que iba como un cohete de feria, siempre arriba. Más dura será la caída, pensaron otros. Y se metió en fandangos como la guerra de las Malvinas. Qué hago, dejo a todos esos ingleses a su suerte y demuestro al mundo que Inglaterra no se sabe defender de las invasiones injustas? Y ella sola decidió y ejecutó una guerra que costó muchas vidas.

En un mundo donde los políticos se han convertido en títeres que dicen y hacen lo que la mayoría de sus votantes de cada momento quieran escuchar y 'sentir', se echan de menos políticos de raza, con convicciones  propias. Sean las que sean. Auuuh.

miércoles, 18 de enero de 2012

A sangre fría



Vuelvo al tajo con un caso estremecedor. Una vuelve de vacaciones y no se espera abrir el periódico con semejante noticia: hombre mata a sus padres y convive con ellos muertos durante catorce días más antes de irse a vivir a casa de su novia. Hala, pa desayunar.

Dice que pensaba suicidarse él después, pero se practicó unos cuchillazos demasiado tenues para morir y antes de eso escribió el relato de la muerte de sus padres durante cuatro horas. Cuatro horas y 78 folios para explicar lo que había hecho. Después siguió cobrando la pensión de su padre durante los siguientes seis meses, hasta que la policía descubrió los cadáveres putrefactos.

Si lo escriben Capote o Camilleri, sonaría irreal. Pero a mí me gustaría saber qué decían esos 78 folios.

En un país que se debate entre si la sentencia del caso Marta del Castillo es justa o injusta, en si se puede empapelar a los agresores de un cadáver supuesto y no encontrado y en si es papel de los jueces o de los legisladores endurecer las penas, una sigue pensando en que la reinserción social es posible desde la prisión. De qué árbol me habré caido estas Navidades. Gallardón es mi última esperanza en un partido que no piensa más que en sacarnos del agujero de pobres en que nos ha metido el socialismo de ZP.