my time is now (Nike)

PASA PASA ESTÁS EN TU CASA

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lunes, 30 de mayo de 2011

A veces, escucho vooooceeees


Me cuadraba el horario. No tengo mejor explicación para decir que el pasado viernes me tragué El castor, la última peli dirigida y protagonizada por Jodie Foster junto al polémico Mel Gibson.

Un castor que habla? pensé nada más entrar. La has pifiado, Manuela, me dije. Pero qué quieres, no había otra a esa misma hora y yo tenía que ir al cine. Soy como los rain man, a cierta hora de cierto día de la semana tengo que hacer una cosa cierta y que no puede variar: evadirme de mi casa con lo que eso conlleva a través del cine. Así que Mel Gibson o lo que sea, me dije.

Y resultó que me gustó mucho más de lo que estaba dispuesta a admitir. La idea de Foster es buena. Familia desunida en donde cada uno de los miembros trata de sobrevivir al descalabro de unidad que sufren. El padre, presuntamente el causante de todos los males, padece una honda depresión que ya dura tantos años que ha conseguido destrozarles a todos. Su hijo mayor, que de niño emulaba a un padre chistoso y grandote, ahora escribe postits en la pared de su cuarto con todas las facetas de su padre que no quiere ver repetidas en su persona, y a pesar de ello reproduce todos los patrones paternos con su crisis adolescente. El hijo pequeño es un bizcochito que se aísla en el cole porque se siente ignorado por su padre en casa. Y la madre, bueno ella es Jodie Foster, hacen falta más descripciones? Una mirada suya o un impulso de su cuerpo atlético pueden mover mareas y horizontes. Pero no consigue sacar a su marido del hastío en que se halla, hasta que decide renunciar a él. Y en eso, llegó el castor.

Para mi alivio, no se trataba de un castor parlante, sino de una marioneta movida por la mano de Mel Gibson y que se convierte en ese yo interior que nos charla animadamente y nos ayuda a levantar el culo del sofá antes de comernos el último chocolate en favor del gimnasio.

Una vez me hicieron un test para entrar en un despacho de abogados muy grande y que ya no existe: Arthur Andersen. Como buenos americanos, en el test de entrada te preguntaban cosas como si bebías alcohol a diario y con cuánta frecuencia. Algo así como las preguntas de si has querido matar al presidente cuando vas -o ibas- a USA. Y había una pregunta aún mejor, que si escuchabas voces interiores. Bien, yo me puse a pensar un momento y llegué a la conclusión de que sí, de que muchas veces hablaba conmigo misma y hasta lo había hecho en voz alta en más de una ocasión. Así que puse afirmativo, no sé si en un intento de que me echaran antes de entrar o de desafiar al psicólogo de La Firma. Y resultó que me ficharon igualmente. Prueba de que o no se leían los informes que hacíamos los candidatos, o no daban ningún crédito a los psicólogos americanos y sus tests de personalidad/profesionalidad.

Así que cuando vi a Mel Gibson saliendo del alcoholismo gracias a una mano que le hablaba en voz alta y a un castor de peluche que le relacionaba con el mundo exterior, no me pareció una mala idea. Claro que a su mujer, Jodie, tener que follar con un castor en la frente la pone un poquito de los nervios. Tampoco me extraña.

En resumen, interesante trabajo de la Foster sobre la familia y sus vericuetos. Cuando volví a casa, mi hijo de tres años me preguntó: mamá, qué significa abandonar? al día siguiente me volvió a inquirir: mamá, qué significa pensar? Y casi me compro un castor para darle buenas respuestas.

sábado, 14 de mayo de 2011

Papá no siempre es bueno


Lo malo de ir sola al cine es que no tienes con quién comentar el final. A mí me pareció raro, claro que no es una peli habitual, pero de todos modos, raro final.

Michelle Jenner recibe malos tratos de su padre desde que es una niña. Porque que abusen de ti mientras te hacen cosquillas, eso es malos tratos y está tipificado como delito. Hace un tiempo escribí en contra de un artículo en El País que se titulaba Grita Estela, a raíz de un libro de ese mismo título que hablaba de cómo las niñas y niños de 6 años que se sientan abusados sexualmente tienen que aprender a gritar Noooooooo!!!! muy alto y muy fuerte si alguien intenta menterles mano. Sea hombre, mujer, educador, padre o madre. De madres no sé si habrá casos, parece contrario a la naturaleza que una madre abuse sexualmente de su hijo, pero por si acaso los metemos a todos en el mismo saco. Nadie absolutamente nadie debería tocarte ni acariciarte tus genitales y mucho menos obtener placer con ello mientras eres un niño o niña. Y me equivoqué al pensar que 6 años es una muy corta edad para hablarles a los chicos de estas cosas. Una buena amiga llamada Luna -y que después ha desaparecido del blog- me hizo verlo con otros ojos.

Pues bueno, Montxo Armendáriz ha construido una hermosa y cruda historia de ternura y abusos en su película No tengas miedo. Un padre enamorado de quien no debe y sexualmente enfermo. Una hija que no sabe lo que le pasa y una madre que no quiere ver ni escuchar ni comprender. Una madre que quiere huir de su familia porque los pecados son demasiados para digerirlos y que vive debajo de su melena rubia a lo Belén Rueda.

Lo único que nos deseo es que de todas estas atrocidades y anomalías, quedemos lo más lejos posible y sólo tengamos que atragantarnos con ellas en el cine.

domingo, 8 de mayo de 2011

Una semana off


Y si un día te encontraras con una semana off de tu vida real? Sin hipoteca, sin niños, sin jefe, y hasta sin marido? O sin esposa! Con plazo de caducidad, no para siempre, tan sólo unos días para ser tú mismo sin ataduras ni molestias -es que las esposas serán una molestia?-. Volver a los veinte, saltar encima de la pista de baile como si no hubiera fronteras e hicieras una hora de gimnasio cada día, ligar como en las pelis y atrapar esos culitos que siempre se escapan de tu vida rutinaria de oficinista y tu culo cuadrado por la silla ergonómica?

A lo mejor ése no es tu sueño, una semana off de tu vida marital y niñeril. Pero si lo es, si es que alguna vez lo has imaginado, corre a ver Carta blanca, es tu peli de esta semana. Si no vas a obtener una Carta blanca de tu pareja y de tu vida, al menos ríete un rato viendo cómo lo lleva Owen Wilson hecho un padrazo y un marido ejemplar.

Yo sí que lo he pensado. Si mi pareja me diera una semana off, y un montoncito de billetes, me iría a un hotel de la costa, pediría una habitación con vistas al mar y me tumbaría a la bartola hasta el último día de mi plazo de asueto. Dormir en una cama grande, no escuchar lloros en mitad de la noche ni cambiar pañales a mitad de un sueño, no sobresaltarme con un grito de pesadilla ajeno, quedarme en una tumbona sin preocuparme de ponerle crema a otra piel ni de que se me ahogue un infante, libros para leer sin que te venza el cansancio y pelis sin cortes obligatorios. Si apareciera un maromo por allí, lo echaría a patadas de mi paraíso terrenal.

Y fíjate, creo que al tercer o cuarto día, ya les echaría de menos.