my time is now (Nike)

PASA PASA ESTÁS EN TU CASA

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lunes, 31 de agosto de 2009

el primer amor

El primer amor dicen que pesa para toda la vida. Yo me enamoré a los ocho años del hermano de una de mis mejores amigas. Jamás me miró a la cara en todo el tiempo en que yo le idolatré. Y justo cuando ya no le tenía ninguna admiración, cuando la cara de niño muñeco se le había borrado y se parecía a un ser normal corriente y moliente, quiso ser mi novio o mi aventura. Quién sabe, pero para mí ya era tarde.

La primera enamorada de mi hijo ya tiene nombre. Se llama Inés. Lo único, que le lleva treinta años, está casada y, lo peor de todo, es su tía carnal. Pero cuando la ve ponerse las gafas de sol, mover la melena o cantarle una canción del pato Renato, mi hijo suspira y la abraza como si nunca antes hubiera existido un amor igual.

Como todos los grandes amores, éste es difícil, porque les separa un océano y aproximadamente doce mil kilómetros de distancia, si no son más. Por no hablar de otros impedimentos más mundanos. Pero a él no le importa. Tiene su olor, sus fotos, sus canciones y sus anteojos. Y cada vez que la nombramos en casa, sonríe y repite 'Nessss' con auténtica devoción de hombre enamorado.

De repente nos hemos dado cuenta de que lo que llamamos casa, nuestra casa, es ese lugar donde no nos espera nadie. La familia no se echa de menos hasta que uno se pone a procrear.

lunes, 17 de agosto de 2009

Crecer

Mi hijo se ha convertido en un niño. Ya no es un bebé. Ha traspasado la barrera de los quince meses, y tiene una autonomía corporal de la que carecía hasta hace apenas dos. Controla sus movimientos, no tira los vasos de vidrio y los jarrones de cristal que se le ponen al paso, socializa con otros niños, les roba los chupetes y los juegos -antes se los robaban siempre a él-. Y hasta se tira por un tobogán sin ayuda, subiendo las escaleras él solo.

Sin embargo, cuando el medio es adverso o desconocido, su mamá es su máximo referente. Cuando todo a su alrededor varía, él necesita que su raíz, o sea su mamá, esté quieta, no se mueva. Mientras él corretea entre primos y tíos que está descubriendo, y abre regalos y tira de los cochecitos con sirena, de vez en cuando vuelve la vista atrás y necesita que su mamá esté ahí sentada, mirándole, sonriéndole, dispuesta por si necesita un achuchón o un abrazo.

De adultos tampoco perdemos esta condición. La madre acuna, arrulla, alimenta, limpia, cura, protege, y en general es la raíz que permanece estable cuando todo el resto da vueltas, gira y gira... Vuelves a casa, a tu madre y a tu zumo de naranja recién exprimido por las mañanas, al olor de las sábanas limpias, a escuchar esas palabras de 'cuídate, abrígate, abrázote...' y sabes que amor como ése no tendrás otro...

Mi hijo está creciendo, y me está enseñando un montón de cosas... qué tiempo éste del verano...

jueves, 6 de agosto de 2009

Feelix Growing

Entre la sal y la gasolina, leo noticias que me hacen pensar más de lo conveniente con este calor abrasador. En el hospital Peset de Valencia una mujer de 39 años vitrificó sus óvulos antes de someterse a quimioterapia, y después los ha recuperado y fecundado, fruto de lo cual han nacido dos hermosas criaturas. La reimplantación y recuperación de los óvulos necesita de dos años aprox, pero también eso es mejorable en un futuro no lejano. Lo que me lleva a pensar en la verdadera revolución de las mujeres: ser madres cuando a una se le antoje que es el mejor momento de su vida para procrear. Que no tienes novio a los treinta, pues congelas tus óvulos fecundos y te los reimplantas en mejor momento. La barrera de los cuarenta y pocos aún no está superada, y mientras no se nos alargue la vida soy partidaria de no superarla mucho para ser madre -por eso de que los hijos disfruten de ti también- pero si puedes congelarte y reproducirte dentro de diez años, y mientras encontrarte a ti misma, por qué no? Elegir nosotras como eligen ellos, sin la presión del reloj biológico azuzándote en el cogote.

La segunda noticia es entre esperanzadora y aterradora. Un congreso sobre robótica en Asilomar concluye que no hay que darles tantas alas a los robots, no vaya a ser que se conviertan en nuestra peor pesadilla. No a lo Orwell, pero de otra manera. Ya hay máquinas que saben matar sin que un humano decida el objetivo. Los próximos robots que se cocinan hoy serán los que mañana cuiden a nuestros mayores -o a nosotros- y a nuestros hijos -o nietos-. Se adaptarán a nosotros o nos adaptaremos nosotros a ellos? Podrán sentir, oler e interactuar con nosotros. El cómo lo pone un proyecto de la Comisión Europea Feelix Groowing y lo dirige una española, Lola Cañamero. Dice la Cañamero que "para que los robots puedan vivir con la gente, tienen que crecer con los humanos y aprender a interpretar sus emociones", para El País de hoy.

Y mientras llegan los robots y las mujeres acaban con su espada de damocles, el Norte se prepara para enfrentar el invierno y la gripe A con una vacuna que posiblemente, por prematura, carezca del total de controles necesarios para ser aprobada en condiciones normales. En el camino, la gripe A habrá dejado unas cuantas víctimas mortales en el Sur, cuyo invierno no estuvo dotado de vacuna antídoto. Entenderán los robots estas pequeñas sutilezas?

Me voy a bañar, que tanto darle a la tecla no puede ser bueno.