my time is now (Nike)

PASA PASA ESTÁS EN TU CASA

COMO EN TU CASA



viernes, 30 de octubre de 2009

de por vida

Enric González 29/10/2009. El País.

La televisión, a veces, puede ser educativa. Puede ofrecer lecciones que valen para todos, y muy especialmente para los niños. ¿Qué deberían aprender los chavales? Pues lo mismo que deberíamos aprender los mayores. Que el trabajo tiene mucho que ver con la dignidad, por ejemplo, y que el trabajo nunca es inútil. Y que la prepotencia, en cambio, no es digna y no lleva a ninguna parte. Los niños acabarán aprendiendo, casi siempre por las malas, que los fuertes suelen ganar y los débiles suelen perder.
Convendría que tuvieran muy claro, sin embargo, que en algunas ocasiones no es así, y que la historia no está predeterminada, y que el cinismo disminuye el dolor, pero incapacita para el placer.

Otra lección apropiada tiene que ver con la autoestima. Hay que ser valiente, hay que mirar de frente al peligro. Hay que saber que siempre hay alguien más listo o más poderoso, pero no hay nadie superior a nadie. Hay que recordar que las jerarquías son simples convenciones sociales. Hay que tener muy presente que por mal que esté uno no deja de merecer el amor de los suyos. Y que el desprecio que pueda recibir de otros es eso, algo de otros, y no vale la pena perder el tiempo con los asuntos ajenos. Algo más, muy importante: la honradez vale más, muchísimo más, que el dinero.

El martes hubo una emisión televisiva que transmitía todos estos valores, y alguno más. Fue el partido Alcorcón-Real Madrid. Incluso los seguidores madridistas comprenden, supongo, que fue un partido hermoso, de los que se recuerdan de por vida. Esos 90 minutos contuvieron lecciones de gran nivel moral, expuestas de la forma más amena. Nadie debería sentirse humillado por lo que ocurrió: el Real Madrid, al fin y al cabo, colaboró en una buena causa. Su derrota ante el Milan fue abyecta. Su derrota ante el Acorcón fue algo distinto: contribuyó a mejorar la vida de todos, porque es bueno que los poderosos pierdan alguna vez, y es muy bueno que los débiles disfruten alguna vez de un éxito redondo, sonoro, merecido.

El Alcorcón-Real Madrid fue el mejor programa educativo de la temporada. Por desgracia, se emitió fuera del horario infantil.

Ni Manuela ni yo tenemos nada más que añadir. No queríamos que os lo perdiérais.

lunes, 26 de octubre de 2009

Si la cosa funciona

Subes al metro, y ahí puede estar determinada tu suerte para los próximos veinte o cincuenta años. Colocada a tu lado puede estar esa persona que cambie tu destino para bien o para mal. Tú mira bien por si acaso, nada de tanto librito y walkman -ya no se dice así, verdad?- que no nos dejan ni vislumbrar quién sea el pasajero de al lado. Llámalo historia de no ficción.

O puede que tu encuentro sea más radical. Al borde del precipicio, optas por tirarte por la ventana, haciendo acopio de todo el arrojo necesario, y allá abajo, esperándote, está la chica de tus sueños, a la que le has roto tres costillas y una pierna, pero no importa, si tú eres el chico de sus sueños acabará contigo aunque sea a la pata coja. Llámalo Woody Allen y Si la cosa funciona.

Cambiando al terreno político, una persona presente en un momento dado, puede dar al traste con un golpe de Estado. Llámalo Sabino Fernández Campo, ex jefe de la Casa Real y presente en el despacho del Rey en el preciso momento del día 23F 1981 en que el general Armada llama a don Juan Carlos y le pide presentarse en la Zarzuela. El Rey, a punto de decirle que sí y falto de conocimientos, o eso parece, da una mirada en ese instante a Sabino que le dice que NO enérgicamente con la cabeza. Sigue su consejo, ergo niega a Armada la entrada en la Zarzuela, y Armada pierde la mitad de su objetivo. Se queda sólo con el Congreso de los Diputados. Quién sabe qué hubiera pasado de llegar también a palacio con los tanques? Véase Ignacio Camacho, periodista, esta mañana en tertulia de Onda Cero radio. Y descanse en paz SFC.

Lo que quiero decir es que la vida está llena de casualidades que te cambian la dirección de medio a medio. Si en vez de tomar un café aquí lo tomas allá, quizá nunca vuelves a ser la misma. De hacer un plan a hacer otro para el fin de semana, te puede ir un giro de trescientos sesenta grados en adelante. Tomas pequeñas decisiones del día a día, y no te das cuenta de su trascendencia hasta mucho después. Afortunadamente, porque sino nos pesaría demasiado el pequeño quehacer diario y no moveríamos un dedo.

O no. A lo mejor resulta que da igual lo que tú pienses que harás. A lo mejor todo está ya predeterminado y no cambias nada que no se tenga que cambiar.

Estas filosofías baratas o de taberna son las que pueblan la última peli de Woody Allen. A todo el mundo se le pueden ocurrir si se sienta a pensar un rato, cigarrillo en mano y copa de vino mediante. Si a eso le añades un folio en blanco, quizá te sale un guión de largometraje. La grandeza de Woody Allen es que él consigue un guión maravilloso y una desternillante sucesión de encuentros y desencuentros con tan sólo esa idea de fondo. Se copia a sí mismo, se vuelve a reinventar, y todos celebramos que nos haya contado de nuevo la misma historia.

Es o no es un genio?

jueves, 22 de octubre de 2009

la huida o la revolución femenina

Y si las mujeres un día nos vamos de casa y volvemos al cabo de un mes? Qué piensas tú que te encontrarías a la vuelta, te atreves a contarlo?

Para que sirva de ejemplo, empiezo yo. Me encontraría que mi marido ha descubierto el camino del colegio de mi hijo y hasta sus horarios de salida y de entrada. Que se habría sacado un abono en la farmacia de enfrente y que reconocería la cara de la pediatra de nuestro hijo hasta de perfil y sin gafas. Sabría los horarios de comidas y de sueño y habría aprendido que cuando el niño llora a las dos de la mañana lo que busca es agua o chupete o consuelo. El niño por su parte habría aprendido a reconocer la cara que tiene su padre cuando le interrumpen el sueño a las dos de la mañana. Sabría los nombres de los medicamentos más frecuentes de mi hijo y las medidas que toma de cada uno de ellos cuando le sube la fiebre o le bajan las defensas, que es lo mismo. De comidas no tendría que aprender nada porque ya se lo sabe todo.

Y tú? Qué pasaría si te ausentaras un mes del domicilio familiar?

viernes, 16 de octubre de 2009

en cuarentena

Me hallo en fase de aislamiento voluntario. Mi hijo puede que haya atrapado la gripe A. Pero también puede que no. Así que ante la duda, prefiero no ver amigos a quienes poder contagiar sin saberlo un virus tan popular.

La última semana y media no sé de noticias ni de películas. Mi vida transcurre entre los hospitales de urgencias, los pediatras, las radiografías y las analíticas de mucosas y sangre, y por descontado los termómetros digitales y los antitérmicos. En medio de todo eso y con carácter absolutamente circunstancial, acudo a mi oficina todas las mañanas, trato de no besar a nadie ni estornudar tapándome con la mano, me encierro en mi cubículo y resuelvo los problemas de una empresa en plena crisis de identidad. Madre, Trabajadora y Mujer, por ese orden.

He descubierto algunas cosas interesantes. La primera es que las pandemias no las cubren las mutuas de seguros, así que el virus de la gripe A se determina por unos análisis que cuestan 160 euros no rembolsables. La segunda es que no hay medicación contra la gripe A, pero que tampoco la hay contra la gripe estacional. Calditos y antitérmicos. Y mucha agua. La tercera conclusión es que si no te estás muriendo es mejor no pasarse por urgencias: te atienden médicos que hablan a media voz, con acento indescifrable, con experiencia dudosa, que llevan mucha prisa y que te cascan un antibiótico y un arsenal de pastillas por si acaso. Y que luego llega el lunes y anula tu médico de cabecera, si es que lo tienes. A salvo las honrosas excepciones.

Y mientras todo esto sucede, a Camps no hay quien lo mueva de la silla y a Ricardito Costa le han hecho pagar más que los platos rotos la vajilla entera. Es que no se puede ser tan guapo. Pero por qué se llama caso Gurtel, alguien se acuerda?

martes, 6 de octubre de 2009

Catalina, la Nana

EVP es el nombre con el que el blog de mividaconhijos.com ha bautizado a esas hermosas y necesarias chicas de servicio que cuidan de niños y ancianos mientras nosotras, las mujeres posmodernas, podemos realizarnos trabajando fuera de casa. Enviadas por la Providencia.

Que levante la mano la que no se vuelve loca el día que la chica llama que está enferma. Es mucho peor que una hecatombe nuclear. Mucho más grave que que te echen del trabajo, es que se te despida la chica que tienes en casa. Que barre, que lava, que recoge a los niños del cole, que les prepara la cena y a veces hasta les mete y les saca de la bañera. Si ella se ausenta, tu vida puede sufrir un giro de trescientos sesenta grados.

Y si esto es así en países ricos como el nuestro, a pesar de la crisis, cómo no será en países llamados emergentes, en donde el servicio cuesta aproximadamente diez veces menos que en España. Por eso en algunos lugares la 'tata' se convierte en un personaje inmerso en el cuadro de familia. No sólo lleva a los niños al cole, es que también los mete en la ducha, les pone el uniforme y les prepara el desayuno. Después despierta a los señores con la bandeja de croissants en la cama. Al menos, así lo pinta el chileno Sebastián Silva en su premiadísima película La Nana, que tuve la suerte de ver en el Festival de Cine de Biarritz este fin de semana.

Catalina Saavedra, que interpreta a la 'nana' y se llevó el premio a la mejor interpretación femenina -merecidísimo en mi opinión-, convive durante treinta años con una familia que no es la suya. Cambia las cacas de los niños, lava sus sábanas cuando los mayores se empiezan a hacer pajillas y cubre al señor cuando se escapa a jugar al golf a las doce de la mañana.

A Catalina le celebran los cumpleaños con tartas de chocolate y le regalan peluches para su cuarto. La señora le perdona que le tenga manía a su hija mayor, porque ya se sabe que las nanas no pueden ser perfectas. Pero son eso, la señora, el señor, los hijos de la señora y el señor. Celebran su cumpleaños y luego ella tiene que fregar los platos igual. Le quieren poner ayuda para que no trabaje tanto, y siente que le arrebatan lo que es suyo, su territorio, sus secretos, sus pequeñas miserias.

Meter a una intrusa en la casa. Alguien que conocerá todos tus secretos. Que probablemente sabrá cosas de tu marido que tú ignores. Que establecerá una complicidad con tus hijos de la que tú probablemente carezcas. Que sabrá dónde está ese suéter que no encuentras por ningún lado, y quizá hasta un día te lo esconda para hacerte rabiar. Pequeñas maldades de alguien cuyo mundo se encierra en tus cuatro paredes, mientras tú sales a comerte el mundo exterior.

Felicidades a Catalina. Está basada, como casi todas las historias, en un hecho real.