my time is now (Nike)

PASA PASA ESTÁS EN TU CASA

COMO EN TU CASA



lunes, 29 de marzo de 2010

Tiraré la primera piedra


Me he quedado sin argumentos para llevar a mi hijo a un colegio católico. O sea, que no me atrevo ya a discutirle a mi marido su decisión de optar por la escuela laica. Con qué cara le digo ahora que los curas tienen una moral impecable, que siempre te quedarán, quieras o no, esos principios básicos para la buena convivencia, esa base o rectitud, esas herramientas de la Fe con las que que podrás pisar fuerte por el mundo y ennoblecer todo lo que te rodee. Ese poso que yo tengo de mi pasaje por las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y por los Hnos. Marianistas. Ése.

Con qué cara se lo digo, después de escuchar a Ratzinger decir que 'el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra'. A propósito de la pederastia, se entiende. Porque estaba hablando de eso, de la pederastia. Y no de prostitutas lapidadas.

Con qué voz le podría explicar a mi hijo, ya inmerso en las jerarquías del catolicismo, que los curas que le educan se gastan miles de euros en 1.300 vallas publicitarias y 8 millones de folletos contra el aborto en 2009, en 2010 idean una campaña virtual en la red social de los adolescentes, que se titula con mucho ingenio ES UN TU EN TI -retirada casi de inmediato por TUENTI por no sentirse cómodos con la utilización por la Iglesia de su marca- con el mismo fin -luchar contra una ley del aborto que reconozca en papel lo que ahora se hace cerrando los ojos-, y cuando se trata de luchar contra la pederastia, de la que innumerables miembros dirigentes de la misma Iglesia han sido encontrados culpables en un montón de países del mundo, incluido España, hacen oídos sordos y su máxima es la de acallar las 'murmuraciones' y 'que el Cielo los juzgue', poco más o menos?
Si alguien convoca una 'mani', una de ésas a las que la derecha es tan aficionada últimamente, para tirar 'la primera piedra' contra la pederastia, me comprometo a salir a la calle y tirarla.

Digo lo mismo que en los casos de la cultureta de izquierdas, que no están nunca para criticar a los dictadores de su signo ideológico. Como ahora no está Onda Cero para mencionar ningún caso de pederastia clerical. Salvo error mio, todavía no he escuchado en el programa de Carlos Herrera de las mañanas una alusión al tema de los curas pederastas. Como está Pilar Rahola de indignada porque Garzón vaya a ser juzgado, con lo que ha sido para nuestro país. Indignada porque se van a eliminar las pruebas contra los Gurtel que provinieran de escuchas ilegales entre abogado y cliente, porque según ella eso demuestra que la ley no es igual para todos. Señora Rahola, lo que eso demuestra es precisamente lo contrario, porque si se viola la intimidad de las conversaciones entre abogado y cliente, y eso no está previsto en la ley para ningún delito que no sea de terrorismo, porqué a Garzón sí se lo íbamos a permitir, dígame? Porque se trata de hundir a la derecha y entonces sí que vale?

Cansada de este país donde eres negro o blanco y en función de eso te pones unas gafas para ver el color de los demás. Sus actos no importan, lo que importa es de qué color van vestidos. A veces, ni siquiera de qué color son de verdad.

Pero volviendo al original de este debate, quien mejor lo ha contado hasta ahora no es el New York Times, sino Philip Seymour Hoffman y Meryl Streep en La duda, de JP Shanley. Yo lo conté el 2 de febrero del año pasado cuando me preguntaba, De qué duda MS? Si hubiera leido el NYT, Meryl Streep ya no dudaría tanto.

martes, 23 de marzo de 2010

uñas pintadas de rojo


No suelo asistir a charlas con frecuencia, por falta de tiempo más que de ganas. Pero la semana pasada hice una honrosísima excepción por dos motivos. El primero que conocía a la ponente, y el segundo, pero igual de importante, que me interesaba mucho el tema: la situación jurídica y social de la mujer en Irán.

Hay cientos de conferencias y exposiciones sobre dos temas unidos y tan de moda: Mujer e Islam. Pero no en todos los casos puedes escuchar de primera mano lo que tiene que decir una politóloga que es mujer, que es iraní, que también es catalana, y que además coordina las relaciones con Asia desde Cataluña. Os presento a la señora Anahita Nassirossadat.

Cuando ella era pequeña, Jomeini llegó e hizo la revolución en su país. Y observó cómo un montón de gente que la rodeaba, entre ellos sus padres, se ilusionaban con un cambio de régimen, con una revolución islámica que iba a acabar con toda la corrupción que había rodeado al Sha y sus excesos occidentales. La pureza llevada a la dirección de la política.

Después hubieron de exiliarse. La pureza llevó al fanatismo, y el resto de la historia ya lo conocemos. O no, porque la versión que de Irán tiene Occidente es la de ese país donde un montón de fanáticos persiguen a las mujeres que no llevan velo y otro montón de alucinados fabrica uranio para montarnos la mundial a todos en cuanto tengan ocasión.

Anahita nos presentó la cara oculta y más femenina de su país. Esa cara que, sin ser jomeinista -válgame dios-, afirma que Jomeini y su revolución pusieron a estudiar a la mujer, la alfabetizaron y la sacaron de casa para situarla en escuelas, ministerios y demás centros de trabajo.

Nos habló de mujeres cuyo menor problema en esta vida es si llevar o no llevar velo. Déjennos el velo y solucionennos todo lo demás, le dicen a Occidente. Porque el problema no es que no puedan estudiar, o que no puedan salir de casa, ni siquiera que tengan que vestirse así o asá. Lo que les acucia es que no hay alternativas en el mercado de trabajo y su futuro lo ven más negro que la cara de Obama, con perdón (esto último es de mi cosecha, que conste).

Nos habló de mujeres que cada día son registradas en su vestimenta a la entrada de las clases de la universidad (en donde comparten aulas chicos y chicas pero entran por puertas diferentes) por otras mujeres voluntarias y adictas al régimen, que les hacen quitarse el esmalte rojo de las uñas porque está prohibido. Y cada día de nuevo esas universitarias vuelven a pintarse las uñas de rojo, para que una vez más les conminen a despintarlas a la entrada. Y seguirán así hasta que sean tantas que el régimen desista y les permita entrar con el esmalte rojo. Habrá que ver quién cansa a quién.

De mujeres que afirman que 'por cada mujer detenida, somos 10 mujeres más anónimas preparadas para salir a luchar'.

De mujeres que entran en las cárceles por sus ideas y el director de prisiones le acaba pidiendo al Juez que las encarceló que, por favor, se las saque de enmedio porque le revolucionan al resto de presas comunes con sus soflamas feministas y montando bibliotecas donde antes no había ni libros ni estanterías.

De mujeres que no quieren hacer ya la revolución y poner el Islam patas arriba. De ésas ya tuvieron una y salió muy perjudicada con el tiempo. Sino que quieren hacerlo en su tiempo, sorteando los pequeños inconvenientes que las acechan en el día a día y haciendo su vida y la de sus compatriotas ligeramente mejorable. Con pequeños pero grandes logros. Con pequeñas pero grandes medidas. Pintándose las uñas de rojo.

Y yo salí reafirmada en mi idea de siempre, en la que he mantenido por conviccion pero aún más por intuición. Que de la situación de exclusión social y/o de discriminación que sufre la mujer en muchos países con ritos, tradiciones y religiones que las ahogan, sólo saldrán ellas tirando de la cuerda. Ahora más fuerte ahora más flojo, pero tirando ellas.
Una recomendación de boca de Anahita: la película iraní El Círculo (Dayereh). Creí entender que el director de la misma está actualmente preso.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Juntos pero no apretados


Tim Burton estrena película. Quién no está deseando ver su versión de Alicia en el país de las maravillas? Y a su mujer, Elena Bonham-Carter, en el papel de reina roja mala?


Y a pesar del amor y los proyectos que les unen, o precisamente por eso, en su casa habitan en alas separadas. Como si fueran los condes de Windsor o los personajes de la siempre venerada Rebeca, ese clásico de Hitchcock en que Joan Fontaine se perdía por las alas de la casa a las que no le era permitido acceder. Confieso que de pequeña me aprendí los diálogos de memoria de tanto verla.


La casa de Burton-Bonham son en realidad tres viviendas interconectadas en el Norte de Londres, según contaba El País -sección cotilleos- hace unos días. La primera es gótica y pertenece al mundo de Burton. La segunda es acogedora y luminosa, y es obviamente la de Elena. La tercera es infantil y maravillosa, como no podría ser de otra manera en el mundo de una pareja tan singular de director y actriz, y pertenece a sus dos hijos -de dos y seis años- y por supuesto a su niñera.


En mi casa también hay tres alas. La primera la compartimos mi marido y yo. Medirá unos cinco o seis metros cuadrados. La segunda es contigüa a la primera y es la de mi hijo. La comparte con sus muñecos y mide unos 2,5 metros cuadrados, quizá menos. La tercera está libre y es para las visitas, con la dificultad de que está directamente pegada a la de mi hijo, lo que podría incomodar a esas visitas en la madrugada. Mide unos 4 metros cuadrados.


Si yo fuera rica, seguiría compartiendo alcoba con mi pareja. Solamente que todo sería máaas grande. Y seguiría teniendo cerca la habitación de mi hijo, aunque, admitámoslo, quizá no taaaan cerca. O sí, quién sabe. Ahora, que tampoco descarto mi apartamentito dentro de la casa, para mis cosas y mis vicios. Puestos a soñar, un vestidor del tamaño de mi cuarto de dormir actual no me vendría nada, pero que nada mal.


Pero a lo que vengo. Si no duermes con tu pareja, y aunque ronque, cuál es esa intimidad que compartes? Despertarte en mitad de la noche y ver su patota encima de tu vientre, o escuchar ese graznido gutural que te despierta la noche que habéis bebido más de la cuenta, o desperezarte por la mañana y chocarte con su cabeza... Es, o no es, un placer irremplazable?


Ahí lo dejo. Se aceptan alternativas.

jueves, 11 de marzo de 2010

Un año más


Hay fechas que no olvidas. En que no se borra de tu memoria lo que hacías ese día a la precisa hora exacta en que fuiste consciente de lo que se nos venía encima como país, pero sobretodo como personas. Yo ya he contado más de una vez en este blog lo que hacía ese día, pero a riesgo de repetirme como el ajo y porque no quiero olvidar a los muertos, mi pequeño homenaje supone volver y volver a recordar que ese día murieron un montón de inocentes por una violencia que no llevaba ni lleva a ninguna parte. Hoy que Alicia Gámez, la cooperante, es noticia porque ha sido felizmente recuperada para la libertad y a la espera de que sus compañeros corran la misma suerte. Mismo grupo captor que organizó la masacre del 11M, aunque diferente célula.

Pues bueno, estaba como siempre que escucho las noticias importantes, en el coche, de camino al trabajo, y no podía creer lo que retransmitían, como todos. Qué hijos de puta, pensé, refiriéndome a ETA, a la misma ETA que había causado otras masacres antes, no por menos plurales menos violentas. Seguí pensando en ETA durante toda la mañana, con un ojo puesto en mi trabajo y el otro en internet, y me fui a hacer deporte a mediodía tratando de olvidar que allá afuera había tanto dolor. Salté al ritmo de la música, y a la hora de comer fui al bar de Montse, bar obrero en el que comía todos los días a la salida del gimnasio. La misma Montse amable, con sus gafas y su acento charnego, me sirvió un plato y un postre. Y en eso que Otegui salió en la TV que tenían enchufada. Normalmente odio que pongan la tele en los bares, porque me gusta relamerme con el periódico en mano. Pero ese día nada me dejaba concentrarme en la lectura, así que agradecía las noticias orales del televisor, con sus imágenes. Pero la cara de Otegui me revolvió el estómago ese día. Como casi toda España, y lo digo bien alto, yo seguía pensando a esas horas que había sido ETA, y por qué no?

Y mientras yo pronunciaba las palabras 'hijo de puta', ese día me repetía mucho, escuché atónita cómo el resto del bar, incluida la Montse, aplaudían a Otegui sin parar. Sufrí un shock momentáneo, que no me dio ni para insultarles ni para morderles. Me dio para dejar encima de la mesa cinco euros que costaba mi comida, y desaparecer de allí medio enmudecida por las circunstancias.

Horas más tarde supe que en el furgón había unas cintas en árabe y empecé a dudar. Para las diez de la noche corrían los mensajes a favor de la autoría de Al-Quaeda por toda la red móvil. El sábado un conocido diputado me envió un sms que decía que el PP estaba tratando de ocultar la verdad y que había que concentrarse frente a Génova.

Mi más conmovido pésame hoy de nuevo a todas las víctimas del atentado y familiares.

martes, 9 de marzo de 2010

la diosa Bigelow

No he visto En tierra hostil, o The hurt locker, que no sé cómo se traduciría literalmente, pero la potencia de su directora confieso que me tiene fascinada, amargada y alocadamente celosa. Si a veces mis carnes flaquean me digo que es que ya no tengo los veinte años de Manuela... y entonces llegó la Bigelow, y con sus 58 tacos de diosa me hundió en la más absoluta miseria.

Sí, sí, con todas las letras. Porque cuando una es muy guapa y muy reluciente, siempre te queda por pensar que es tonta de remate. Pero cuando además es directora de cine, gana el primer oscar de dirección entregado a una mujer en la historia de los premios de Hollywood, y su película ni siquiera pertenece a las del género femenino sino que es sustancialmente masculina en su repertorio, entonces qué te queda para consolarte?

Su película es la más barata que ha ganado un oscar, parece ser, y la menos taquillera también. Frente a Avatar, que costó doscientos millones de dólares, ésta costó unos 10 millones. Avatar la vieron todos y cada uno de los cinespectadores del mundo y En tierra hostil apenas unos cuantos intelectuales de pro. Y lo mejor. Cameron es el director de Avatar, y ella, la ganadora, la diosa, su ex mujer. Toma ésa, parecía querer decir Barbra Streisand cuando le entregó uno de los numerosos oscars que se ganó Bigelow.

Por lo demás, nada nuevo. Nosotros lo hicimos antes, aunque ahora parezca que las comparaciones son odiosas y nadie lo admita en público. Los Goya premiaron a la Celda 211, la peli más barata del cine español, y desdeñaron el Agora del vitoreado Amenábar con unos cuantos premios técnicos. Igualito que Cameron, pero sin exparejas que aportaran ese morbo adicional tan hollywoodiense.

Pienso verla, no sé cuándo pero pienso verla. Y no me refiero a Avatar.

viernes, 5 de marzo de 2010

Una educación



El pasado martes vi mi vida pasar por la pantalla. No suele ocurrir frecuentemente. Uno va al cine para conocer historias de otros, recuerdos de otros, mentiras de terceros, y el martes yo me encontré con que me habían plagiado mis veintiún años en un guión que llegará a los Oscar. Me sentí de lo más orgullosa.


Yo tenía 21, y Jenny, o Carey Mulligan, tenía 16. A ella le sucedió en los sesenta y a mí en los noventa. Y su plaza era Londres y la mía el Mediterráneo. Qué importan los detalles, si a las dos nos rompieron el corazón? La gran diferencia es que el mio se rompió de veras, y el suyo se recuperó tras finalizar el rodaje.


An education es una pequeña joya del cine que espero que nadie deje en la lista de espera de cosas por hacer. Especialmente si ese alguien es una mujer que soñó en la adolescencia con ser adulta, y ahora que es adulta le gustaría volver a ser adolescente -a veces-.


Si te cruzaste con algún David entre tus primeros amores, amores incautos, no creas que fuiste la única. Si no te atreviste a vivir una aventura fuera de lo común, entonces quizá necesites vivirla ahora.


El caso es que la vida de Jenny es un absoluto y total aburrimiento. Se levanta todos los días a la misma hora, ve la cara gris de su padre en el desayuno y la de su madre que sueña con lo que pudo ser y ya nunca será. Y en eso está Jenny cuando la vida le pone una diversión por delante sin reparar en gastos: un hombre guapo, elegante, embaucador y de turbios negocios, la seduce en la misma puerta de su colegio.


Primero la lleva a conciertos. Después la lleva a fiestas. Y ya en París la mete en su cama. Por favor, quién podría negarse?


En un ambiente como el de Jenny, en donde las profesoras del colegio parecen brujas apagadas y dolientes, en donde saltarse las reglas supone la inmediata expulsión del centro docente, y en donde ya ninguna de esas mujeres que dirigen su vida escolar sabe explicarle el porqué de la importancia de Una educación, Jenny no comprende para qué seguir aburriéndose en las aulas cuando la vida está con Peter Sarsgaard en la calle.


Si la señorita Mulligan no le quita el oscar a Meryl Streep, será porque le falten años, que no agallas.

lunes, 1 de marzo de 2010

Como los demás


Podría titularse 'como la vida misma', pero se titula 'Como los demás' y es un filme francés a punto de estrenarse en nuestro país -próximo viernes-, con Pilar López de Ayala a la cabeza interpretando a una madre que alquila su útero a una pareja homosexual. La típica madre de alquiler, vamos.


El viernes pasado El País traía esa misma problemática a triple columna, contando la historia -esta vez no es ficción- de una pareja homosexual de valencianos que tratan de inscribir al bebé que 'concibieron' en Estados Unidos a través de una madre de alquiler, o maternidad subrogada que es como se llama técnicamente. Lo que se han encontrado en España ha sido, primero la negativa del Consulado en Los Angeles a inscribirlos a ambos como 'progenitores', porque les faltaba un detalle: una madre. Finalmente consiguieron que en España el Registro les inscribiera como tales padres progenitores a los dos, pero ahora la Fiscalía del Registro se niega a sí misma y ha recurrido su propia decisión. Dicen que para comprobar la 'legalidad de los documentos'.


Y es que los catalanes ya lo dicen en su Código de Familia, y mucha razón que tienen: Mater semper certa est. O lo que es lo mismo y decía mi abuela: los hijos de mi hijA, mis nietos son. En España desde 1999 -tampoco tanto tiempo atrás- ya no es posible inscribir a un niño en el Registro Civil y ocultar la identidad de su madre biológica. Aunque dé al niño en adopción, aunque renuncie a él por escrito y mil veces, tiene que figurar su identidad. Y por qué esa insistencia? Pues precisamente, por el bien del menor. Porque ese niño o niña un día será adulto, y quizá, sólo quizá, quiera conocer algo más de su genética y de los porqués de su vida. Y mira tú, tiene derecho a eso y a mucho más. El hecho de la maternidad es irreversible. La genética determina aproximadamente el 50% de tu biología morfología y sustancia. El 50% de lo que eres, de tus reacciones, de tus preferencias, de tus adicciones, tiene que ver con la genética. No lo digo yo, lo dicen los médicos. Y entonces, les vamos a negar ese derecho por mucho que nazcan en USA?

Porque claro, si nacieran en Colombia o en Haití nos parecería que hay que conocer todos los datos para evitar robos, secuestros y otros abusos. En cambio, como es USA y nos ha costado 60.000 euros ya podemos obviar los matices.

Se ponga uno como se ponga, y con todas las dificultades añadidas que tiene una pareja homosexual para ser padres, tienen que entenderlo. Tenemos los niños derecho a conocer nuestra identidad genética. Tenemos derecho a saber cuál de los dos es el padre biológico y quién es la mamá que nos llevó en su vientre y un día parió con su sangre y sudor. Quiera ella, o no quiera. Y sea USA o sea Honolulu.

Madre sólo hay una, o puede que haya dos, pero lo que nunca hay es ninguna. Y tenemos derecho a poder buscarla. Precisamente, como los demás...

Uff, creo que normalmente soy más analítica y menos crítica. Pero no lo voy a cambiar. Si algo necesita un post es espontaneidad y frescura.