my time is now (Nike)

PASA PASA ESTÁS EN TU CASA

COMO EN TU CASA



lunes, 31 de marzo de 2014

PARCO SUSHI COWBOYS


Te gusta que te maltraten, que te insulten, que te menosprecien por ser mujer o te amenacen mientras comes pescado crudo en salsa de soja? Entonces PARCO es tu ambiente. Entre modelos, guiris, gente guapa y un ambiente fashion made in Barcelona, con asientos incómodos hasta decir basta -abstenerse embarazadas avanzadas, no sabe una dónde meter la barriga en esos sillones bajitos-, consigues que te vilipendien al mejor estilo y por el módico precio de 40 y pico euros por barba. Eso sí, espera hasta la hora de pagar para pedir la hoja de reclamaciones, porque en otro caso te echarán antes de que puedas terminarte el sushi. 

El viernes pasado y con el restaurante en hora punta, vi cómo a mi amiga la llamaban 'ama de casa', que  ahora parece ser un insulto, a mí 'abogado de mierda', a mi otra amiga 'chacha de mierda' y a la cuarta casi le rompen el móvil por grabar al insultador, que resultó ser uno de los dos dueños del restaurante. Todo por qué? pues porque expresamos nuestras quejas al pagar por habernos dado la peor mesa del  restaurante y en definitiva sentirnos mal tratadas a pesar de ser clientas desde  hacía ni se sabe la de años. En el momento en que  dijimos que sacaríamos nuestras quejas en internet nos llamaron todo lo que estáis leyendo, nos  echaron a la calle y a mí me dijeron que la hoja de  reclamaciones la firmara pero desde la calle. Vamos faltaría más. 

No contentos con todo eso,  inmediatamente después de firmarme la hoja de reclamaciones -sin dni y sin datos claros- el dueño salió afuera, donde aún seguíamos en  estado de shock, y nos dijo que si sacábamos alguna de  las imágenes  grabadas en las  redes -imágenes en las que su hermano nos llamaba abogado de mierda y chacha de mierda y nos decía que le daba igual lo que dijéramos en redes porque tiene el local lleno cada noche- que si lo sacábamos, repito, 'nos atuviéramos a las consecuencias'. Esto lo dijo con el dedo levantado tipo San Agustín y mirándonos a los ojos. 

A continuación llamamos a los Mossos para que les dieran, a ellos sí, sus datos personales y dni, lo que a nosotras nos negaron. A mí lo que me sigue entre divirtiendo e indignando es que nos llamaran 'amas de casa'. Tanto siglo veintuno y liberación de la mujer, y estamos donde estamos. Welcome Parco boys. 

lunes, 24 de marzo de 2014

Joven y bonita


La primera vez no suele ser para tirar cohetes, pero no todas nos hacemos prostitutas a continuación. Claro que tampoco todas tenemos el físico de Marine Vacth como para que nos vayan proponiendo citas a la salida del liceo, como a ella. 

Isabelle es joven, es bella, es rebelde, pasa de los chicos de su edad y no tiene apego a nadie que no sean ella misma y su hermano menor, que la idolatra como si fuera una diosa. Se prostituye porque el sexo para ella se convierte en moneda de cambio, algo que ofrece para el disfrute ajeno y por el que cobra un dinero que la hace sentir superior a la media. Y quizá lo es, sólo hay que  mirarla de arriba abajo. 

En cuanto a su madre, que fuma porros cuando los niños se van a dormir y se deja acariciar por el novio de su amiga cuando nadie les ve, no es más que esa madre progre que intenta hacerlo todo bien y algunas cosas le salen mal. Pero no creo que tenga la culpa de ninguna de ellas, y en especial no la tiene de que su hija prefiera oler a viejos tiernos -y quizá sabios- en la cama que pagan por el sexo antes que a niñatos que no saben ni cómo metérsela a una. 

Drama social que nos puede pasar a todas. Aunque yo muy progre no me veo. 

miércoles, 19 de marzo de 2014

MELILLA


Disculpe el señor
Disculpe el señor
si le interrumpo, pero en el recibidor
hay un par de pobres que
preguntan insistentemente por usted.

No piden limosnas, no...
Ni venden alfombras de lana,
tampoco elefantes de ébano.
Son pobres que no tienen nada de nada.

No entendí muy bien
sin nada que vender o nada que perder,
pero por lo que parece
tiene usted alguna cosa que les pertenece.

¿Quiere que les diga que el señor salió...?
¿Que vuelvan mañana, en horas de visita...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
"Santa Rita, Rita, Rita,
lo que se da, no se quita...?"

Disculpe el señor,
se nos llenó de pobres el recibidor
y no paran de llegar,
desde la retaguardia, por tierra y por mar.

Y como el señor dice que salió
y tratándose de una urgencia,
me han pedido que les indique yo
por dónde se va a la despensa,

y que Dios, se lo pagará.
¿Me da las llaves o los echo? Usted verá
que mientras estamos hablando
llegan más y más pobres y siguen llegando.

¿Quiere usted que llame a un guardia y que revise
si tienen en regla sus papeles de pobre...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
"Bien me quieres, bien te quiero,
no me toques el dinero...?"

Disculpe el señor
pero este asunto va de mal en peor.
Vienen a millones y
curiosamente, vienen todos hacia aquí.

Traté de contenerles pero ya ve,
han dado con su paradero.
Estos son los pobres de los que le hablé...
Le dejo con los caballeros

y entiéndase usted...
Si no manda otra cosa, me retiraré.
Si me necesita, llame...
Que Dios le inspire o que Dios le ampare,
que esos no se han enterado
que Carlos Marx está muerto y enterrado.
Fuente: Quedeletras

Joan Manuel Serrat el magnífico

lunes, 10 de marzo de 2014

Philomena


Philomena es esa mamá que todas y todos hubiéramos querido tener, caso de no conocerla claro. O no? El fantasma de cualquier adoptado, o uno de ellos, es no saber si tu mamá bio se acuerda de ti el día de tu cumpleaños, si le cruje el corazón un ratito ese día, si recuerda su parto o ha preferido olvidarlo -el momento del parto en Philomena es especialmente doloroso-, si alguna vez ha reunido o reunirá el coraje suficiente como para buscarte, como para enfrentarse a sus posibles otros hijos, posible pareja, y contarles la verdad de lo que le sucedió con catorce, quince o diecisiete años. Que  posiblemente metió dentro de un cajón mental que cerró con cuatro llaves. Tampoco ahora es muy diferente. Hablando con una asistente social de un hospital ampurdanés, me decía que la mayoría de chicas que dejan a sus bebés en la clínica hoy en día -y por tanto renuncian a ellos- no quieren llevarse el papel en donde se reconoce su renuncia y los datos del bebé, que lo rompen antes de salir por la puerta porque lo más seguro es que vayan a intentar olvidar esa dolorosísima historia por la que acaban de pasar -a saber porqué-. 

El caso es que Philomena no ha olvidado nada y tú quisieras que tu mamá tampoco. Y ese momento en que a Philomena la separan de su niño, en que ves entrar a unos papás con abrigo de pieles y cochazo que se llevan en su auto a ese pequeño de año y medio, ese momento para un adoptado es desgarrador. Por muy superado, psicoanalizado y dialogado que lo tengas allá afuera, allá adentro es como si levantaras una costra que al despegarse duele muy abajo. Hacía tiempo que no sentía ese desgarro tan hondo, que viene del estómago del alma. 

Y luego esas monjas de pastas y café con leche, qué de verdad suenan. Yo me colé en el convento donde vine al mundo para hacer de voluntaria, sin explicarles quién era ni de dónde salía, y me pareció que todo olía a nuevo y a limpio, que ahí no se cometían tropelías, ni probablemente se habían cometido nunca. Hasta que dije quién era y todo cambió. Misteriosamente, nunca volvieron a llamarme para hacer de voluntaria. Quizá tenían miedo de que  sus archivos me quedaran demasiado cerca. 

Y esa simplicidad y dulzura con la que te dicen 'hijita, no busques más, esas chicas nunca vienen a buscaros. Tienes una familia maravillosa, da gracias a Dios por ello y sigue adelante, y sé feliz'. Y te lo crees, te crees que eres una desgraciadita niña abandonada a la que nunca vinieron a buscar ni por la que nunca vinieron a preguntar. Y no saben ellas  lo que duele eso, que nadie nunca haya venido a preguntar. Y entonces les dices que bueno, que vale, pero que si acaso alguna vez viniera tu mamá bio, que  por favor le den tus datos para que se crucen con los suyos, que si la voluntad es de ambas partes, qué de malo hay en ello? Y desgraciadita tú, piensas que esas maravillosas monjitas harán todo lo posible por juntaros. Pero, más allá en la vida, descubres que esas Philomenas existen, que van a preguntar tanto como vas tú, y que hasta puede que un día se cruzaran contigo en el patio del convento. Y entonces  las llamas brujas, putas y desgraciadas a las dulces monjitas (y que  me perdonen las putas). Por qué no permitir que una madre se encuentre con su hija? En nombre de qué Dios? 

Philomena es eso, la realidad. Y Judi Dench es, simplemente, la mamá biológica que queríamos tener. 

lunes, 3 de marzo de 2014

Ella


Ella es Samantha. Tú eres Joaquin Phoenix. Ella es un sistema operativo. Tú eres un hombre solo, o mejor abandonado a tu suerte, castigado por no saber gestionar tus emociones, por no decir a tiempo lo que había que saber decir a tiempo. Samantha, en cambio, se adelanta a tus propios pensamientos y siempre te va un paso por delante. Analiza tus emails de los últimos diez años en el tiempo record de una  milésima de segundo, y en la milésima siguiente ya sabe cómo diseñar una respuesta perfecta para ti y modular su voz en función de tu estado de ánimo del minuto siguiente. Sam puede hacerte eyacular sin tener que tocarte y la puedes llevar prendida de tu bolsillo, a modo de tercer ojo, al viaje que se te antoje. Pero hay que decir que la voz de Sam no es la de una cualquiera, es la de Scarlett Johansson. Y sus formas la preceden a Scarlett, aunque aquí no disponga de ellas. 

Lo malo de un sistema operativo que piensa por sí mismo, que analiza sus experiencias y aprende de ellas, y por tanto evoluciona, es eso, que evoluciona. Y como no es humano, evoluciona al estilo sistema operativo, no al estilo Joaquin Phoenix hombre solo e incapaz de gestionarse a sí mismo. Y sus capacidades y sus dotaciones no están diseñadas para la exclusiva de un hombre solo sino de ocho o nueve mil hombres solos. 

No es ciencia ficción. Es el día después de comprarte un sistema operativo inteligente que pueda pensar por sí mismo. Lo llevarás  en tu iphone, en tu ipad, y pensarás que quién necesita compañía teniéndole cerca. Y un día miserable caerás en  la cuenta de que no te pertenece, de que vive fuera de ti y sigue pensando cuando tú duermes y hablando con otras, con otros, y que te es infiel, y que es superior a ti. Y ese día, estaremos fuera de juego. Ya estamos aquíiii.