my time is now (Nike)

PASA PASA ESTÁS EN TU CASA

COMO EN TU CASA



viernes, 30 de marzo de 2012

De cómo me convertí en una antisistema


El problema de Clooney, George, es que crea adicción. Desde que le vi en la Embajada de Sudán, barba perfecta de varios días y uniforme de huelguista reivindicante de los derechos ajenos, y vi cómo le apresaban para la cámara, pensé que tenía yo que hacer algo parecido. Lo siguiente fue su peli Los idus de Marzo, donde un impecable Philip Seymour Hoffman le sostiene una campaña al candidato 'Obama' que no hay por donde pillarla ni con alfileres. Magistral y repugnante.

Así que ayer, día de huelga general en mi país y estando yo en contra de la misma, aún sin ser del partido en el poder, apunto, iba con el coche por la city cuando escuché que los piquetes estaban prohibiendo el paso de entrada en el buque insignia de las compras de Paseo de Gracia, el Corte Inglés de Plaza Cataluña. O Catalunya. Y aunque no tenía pensado pasarme por allí, viré el coche de inmediato en esa dirección para conseguir una primera línea de la noticia.

Aparqué el coche lejos de la zona de tumulto y llegué andando con mis deportivas y mis vaqueros de H&M. Las puertas laterales del buque insignia permanecían cerradas, pero se veía luz en el interior de los escaparates. La puerta delantera parecía abierta, a juzgar por la cantidad de policía, coches de bomberos y manifestantes que se agolpaban en la misma. No me quedó claro si estaba ante un establecimiento comercial o ante el mismísimo Ministerio del Interior y la Guerra. Pero de Sarajevo. Los chicos habían hecho fogatas y los polis llevaban porras y viseras antidisturbios.

Pregunté a unos adolescentes de piercing y coleta qué estaba pasando y si estaba abierto el comercio. Me miraron de arriba abajo mis jeans y mis deportivas y no debieron pensar que fuera muy alternativa porque me espetaron un 'no entres, eh? que hoy no hay que comprar!'. Vale, vale, relajaros, que yo lo que quiero saber es si está abierto o cerrado y porqué hay tanta poli que parece un bunker. 'Pues ellos habrán llamado a la poli para que les proteja, porque no están dejando que entren ni clientes ni trabajadores y ellos están intentando que lo puedan hacer, o sea que puedan entrar'. Me quedé pensando si me dejaba humillar por unos o por otros, porque yo, por estar, estoy en contra de la huelga. Ya lo he dicho. Pero mi Clooney tira mucho. Y qué hubiera hecho él en esta situación?

En esas me hallaba yo, mientras los chicos me seguían observando y preguntándose qué se le había perdido allí a esa pija, cuando se escucharon chillidos a dos pasos de nosotros y una marea de críos de menos de veinte años salió disparada corriendo en dirección Paseo de Gracia hacia arriba. Y yo, que me estoy todavía recuperando de una lesión de rodilla, dije pies para qué os quiero. No me han roto la cara en mi trabajo por currar hoy anda que me la van a partir aquí, con luz y taquígrafos, por ejercer mi derecho a comprar... Y no sólo eso, sino que la poli me confundirá con estos de las trenzas y aún me caerá un porrazo de los que supuestamente están aquí pa que yo pueda comprar. Vamos ni te digo. Negocio redondo.

Así que corrí dos o tres calles y me sentí en las barricadas del sesentayocho, en eso se nota que soy una viejita ya (aunque en el 68 no hubiera nacido!)... Pero los que merodeaban por Paseo de Gracia, rodeados de tiendas cerradas a cal y canto, eran de mi quinta o peor, porque se escuchaban canciones de Comandante Che Guevara por altavoces de una calle cortada al tráfico.

Eso sí, en cuanto te apartabas de Paseo de Gracia, ergo de las cámaras y los tuiteros, el 70% de los negocios de la ciudad condal estaban abiertos al público, incluidas tiendas, cafeterías, peluquerías, supermercados, parkings, colegios y chinos al por mayor. Algunos persiana medio bajada. Pero no por estar a favor de la huelga, sino por estar contra las piedras. Dime tú si eso es un seguimiento del ochenta por cien. Anda ya.

Como ya había tomado mi dosis revolucionaria de correr frente a la policía junto con los quinceañeros, que tiene su aquél por la adrenalina que te sube, no creais que no, pues me fui al gimnasio a quemar el resto de grasa moviente. Y una vez en las duchas de mujeres -especifico- entró el padre de una cría angelical para ayudar a su hija a desvestirse, pillándome a mí en bolas y sin toalla. Pero me dio la risa. Qué menos de una huelguista consumista y reaccionaria. Para que luego diga Gallardón que las mujeres no podemos ser mujeres sin más.

lunes, 19 de marzo de 2012

TILDA S


Lo peor de Kevin no es que te parezca que va a ser un psicópata. Lo peor de Kevin es que puedas comprender a su madre cuando lo lanza contra la pared la tercera vez que se le caga en los pantalones en su cara y con siete años de edad por lo menos. Kevin hace las cosas adrede para fastidiar a Tilda Swinton, que tener una madre así no es poca cosa. La mujer lo intenta, claro que cuando coge al bebé Kevin como si fuera una bomba de relojería y lo sujeta en el aire cual mofeta, no parece que le salga el amor a chorros por la boca. Más bien se da cuenta de que ha parido a un marciano que no para de taladrarle los oídos. Pero, qué mamá primeriza no ha arrastrado por la calle un carrito con un bebé dentro que no para de berrear, y se ha sentido el blanco de todas las miradas ajenas? que levante la mano...

El caso es que no todas las mamás sienten el amor maternal del mismo modo. No todas saben acunar a un bebé en su regazo desde el primer día. Y más aún, no todas se mantienen al pie del cañón cuando vienen mal dadas y tu hijo es ese psicópata que todos los periódicos querrían ver en la horca.

Yo no creo que la mamá Tilda Swinton sea peor que otras. No creo que las que aullamos de dolor porque nos sentimos que nos arrancan los pezones de cuajo al mamar seamos mejores que ella cuando sostiene al bebé en el aire como si fuera un saco. Pero así es Kevin. Tenemos que hablar de Kevin. En cines hasta un día de estos. Sobrecogedora, alarmante, escalofriante. Tanto como la andrógina de su protagonista, cuyo papel parece diseñado única y exclusivamente para que ella lo represente.

Cuando salí del cine y llegué a mi casa, me prometí a mí misma que carecía de importancia si los niños se terminan la cena, se meten el dedo en la nariz y se comen el moco después o te dicen una mentirijilla que va dejando huellas dactilares por donde pisa. Y les abracé muy fuerte para hacerles llegar calor humano, aroma de madre entregada, mientras me decía por dentro que tendría que encargar la paciencia por lotes de a cinco, para no carecer nunca de ella.

Una amiga que ha criado a cuatro hijos que ya  están grandes me decía un día que si de algo se arrepentía era de haber fastidiado el 'buen rollito' de su casa en tantas ocasiones dando órdenes tales que 'términate el filete', o 'lávate los dientes ya', o 'a la cama sin chistar'... porque esos momentos de buena onda que ella había roto entre comillas, con sus vueltas al orden y la disciplina, nunca volverían ya.

Es difícil ser padre. Más aún ser madre, me parece a mí. Porque somos más sensibles y sobrellevamos peor las lágrimas de los hijos, a veces más falsas que un Judas, pero lágrimas al fin y al cabo. Mi hijo nos dijo el otro día, sin ir más lejos, que 'en esta casa se dan demasiadas órdenes'. Y no llega a los cuatro años. Dónde estará la línea roja entre hijos asustados e hijos que te asustan? Es una cuestión de sentimiento. Como saber cuál es la última copa que te tienes que beber. O lo sabes, o no lo sabes.

Feliz día del Padre... y feliz Cremà fallera!

lunes, 12 de marzo de 2012

Oxígen


Si te pones a pensar en tu juventud, uff la juventud, sí,  eso que te pasó volando antes de que te llegaran los hijos y dejaras de dormir y de vivir una vida propia, te acuerdas de cómo le conociste? de cómo rayos te conquistó? de cuándo fue el primer beso y el primer revolcón? si te sigue dando la mano después de haberte puesto una lavativa en la sala de partos, es que la pasión se transformó en amor sincero, pero volvamos atrás... tú eras aquella chica hippy que quería tener niños antes de los treinta y parir en casa sintiendo todo el dolor filial saliendo de tu cuerpo? y criar al niño amamantándole hasta que se destetara solito? o bien eras de las que pensaba que no hay nada que un buen biberón y una buena canguro no puedan solucionar?

Porque una y otra tienen cabida en la misma obra teatral y seguro que en la vida real también. Y hasta en una misma cabeza. En cuanto a los hombres, parece que nos siguen en nuestras decisiones antes y después de parir. Pero también los hay del tipo hombre libre y sin ataduras a la par que dulce y amoroso -cuando lo pillas- o bien hombre para todo y por todo que te obedece sin chistar y no te lo quitas de encima ni con agua caliente, hasta que te la mete doblada -o no-. 

Oxigénate y vete a ver la obra que está en la Sala Gaudí de BCN hasta el 25 de marzo. Llorarás de la risa si eres cualquiera de esos modelos o todos en una/o.   

lunes, 5 de marzo de 2012

Shame on you

Si vas en el metro medio dormida y un tío te mira insistentemente y le clavas la mirada y es Fassbender, descruzarías las piernas para que se vea el final de tus medias pegadas a los muslos? Te pondrías prieta y te morderías los labios mojándolos? O bien saldrías corriendo del tren pensando que es un tarado y que tu vida no necesita de más tipos siniestros de mirada clara?

Todas las respuestas menos la última te conducirían inexorablemente al desastre, pero tú no lo sabrías hasta que estuvieras en sus brazos y te dieras cuenta de que eyacular para él es una obligación que se repite cada cinco minutos y que las únicas que le ponen son las putas porque cobran y se van. Es SHAME y no tiene un Oscar porque su pene es demasiado grande y sale demasiadas veces en pantalla.

Tengo un amigo soltero que opina que Fassbender no hace en la peli más que reflejar -exageradamente si quieres, me dijo- la vida de un single más, en masculino claro está. Necesitan polvos y no necesitan líos sentimentales. Se sienten solos pero no saben cómo arreglarlo sin meter a una mujer en su casa. Y cuando la meten, ya la quieren volver a sacar. Sin metáforas.

En cuanto a mí, salí del cine pensando varias cosas. La primera, hay que ver qué cuerpo diez este Fassbender. La mirada a la chica del tren me dejó pegada al asiento y aún la veo cuando cierro los ojos. Era del tipo 'take off your clothes' y tú obedeces sin preguntar. La segunda, por qué no le habrán dado el oscar? ah, sí, demasiado sexo y demasiado perturbador. La tercera, me fascinó la música en todo momento. Y qué  momento el New York New York de Carey Mulligan. Uff. Y la cuarta, bueno se me olvidó pensando otra vez en Fassbender. Pobre tipo, diablo. Esa fue la última cosa que pensé. Y sigo rumiándole, rumiándola. No me abandona.

viernes, 2 de marzo de 2012

TICKET TO HEAVEN


Si estás harto de la realidad pincha AQUÍ y date una vuelta por el Brujas Club. La aventura de Rosalinda por París continúa...