my time is now (Nike)

PASA PASA ESTÁS EN TU CASA

COMO EN TU CASA



miércoles, 30 de marzo de 2011

Mariló, o el Libio...


Mientras Muamar el Gadafi les sale de nuevo rana a los americanos, y yo lo veo caer desde mi mesa de ama de casa y con mi hija prendida de mi teta, mientras escucho a Mariló Montero decir en las Mañanas de la Uno que la piel hay que cuidarla con verduras y frutas, me acuerdo de todos los dictadores que muerden la mano que les alimenta y pasan de ser 'nuestros' hijos de puta -Kissinger dixit- a ser los hijos de cualquier perra de por ahí que no merece vivir.

Escucho con estupor cómo Obama, mi Obama, ha dicho que no descarta introducir armas en territorio libio. Eso lo entiende cualquiera, quiere armar a los rebeldes al régimen. Pero ni siquiera sabemos quiénes son. Son buenos por definición porque se oponen a 'ese cerdo de Gadafi que está masacrando a su propio pueblo'. Pero no tenemos ni la menor idea de quién mueve los hilos de la oposición ni si vamos a armar a la propia Al Quaeda. Ni a nadie le importa ya. Hay que parar al coronel porque nadie reta a Occidente sin salir accidentado cuanto menos.

Lo hicieron con Sadam Hussein. Primero le armaron para defenderse del mal iraní y luego, cuando se volvió 'loquito', le apresaron y dejaron que su gente le ahorque. Ahora le toca el turno al libio. Y quienes le ataquen serán bendecidos y beneficiados con el placet del mundo civilizado en pro de los derechos humanos y la defensa de las libertades.

Prefiero a Mariló Montero y sus mañanas de gimnasia abdominal para la tercera edad.

jueves, 17 de marzo de 2011

Te podría pasar a ti


Un día necesitaste algo de liquidez, para comprarte unas cervecitas y para invitar a la novia a cenar a un chino. Nada del otro mundo, con sesenta euros te las arreglabas. Y un amigo te contó que podías hacerte una paja en un hospital y donar el semen que te sacaras con la paja. Dicho y hecho. Unas pruebas para ver si eras apto y después unas revistas guarras que te sirvieran de inspiración. Claro que a los dieciocho con tu imaginación te bastaba para menearla y conseguir resultados.

Dieciocho años más tarde alguien te llama por teléfono. Y resulta que es la hermana pequeña de Gwyneth Paltrow, que además es tu hija. Misma melena rubia y misma anorexia deliciosa. Y hay más. Tiene un hermano de quince años que es un crack de los deportes de equipo. Lo contrario que tú. Genéticamente son tuyos. Más tuyos que de la otra lesbiana que habita con su madre biológica. Y eso que las madres no son cualquier cosa. Ahí es nada, Julianne Moore y Annette Benning. Ni en tus mejores sueños. Claro que tú tampoco eres cualquier cosa. Eres Mark Ruffalo y esto es una película de Hollywood: Los chicos están bien.

Pero puede pasar. En USA, en muchos otros países sobretodo de raíz anglosajona, puede pasar. Un niño concebido de semen ajeno, o de óvulo ajeno, puede llegar a los dieciocho años y querer conocer la identidad de su donante. Es decir, la identidad de su padre o madre genéticos, llamémoslos por su nombre. Donar gametos no es como donar sangre. Donar gametos es donar vida. Y el donante es tan padre genético de la criatura como el que lo da en adopción. Dicen los que saben que el 50% de lo que somos es genética. Y cuando vas al hospital, cuando tienes un hijo, cuando alguien te pregunta por tus antecedentes genéticos, tanto si eres adoptado como si provienes de una donación de gametos, no tienes esos antecedentes que te pide el doctor.

En España no hay tales derechos. Un hijo adoptivo tiene a la ley de su parte para exigir conocer su identidad biológica. Otra cosa es que pueda conseguirlo según los años que hayan pasado desde su nacimiento y las circunstancias de esa época. Pero aquí y ahora, la ley y los jueces, hasta la Administración pública, están de su parte en el derecho a saber. En cambio, un hijo de donante de óvulos o semen, ése no tiene los mismos derechos a conocer. Puede que ni siquiera sepa que fue concebido con técnicas de reproduccion asistida y material genético de tercero. Solamente si su vida está en peligro, reza la ley, se podrá autorizar la revelación de la identidad del donante.

Cada inseminación artificial puede costar 6.000 euros a la pareja receptora. Cada donante de semen puede recibir 60 euros. Si es donante de óvulos y dada la complicación del asunto, puede recibir hasta 900 euros por una donación. Pero qué ocurriría si el o la donante supieran que, dentro de 18 años, alguien podría llamar a su puerta?

Hay quien opina que eso pararía las donaciones, y que ésa es la causa de que la ley no cambie y se proteja su anonimato. Pero a mí me parece que sería hermoso que, como Mark Ruffalo, dentro de 18 años pudieras descubrir que otra vida fue posible gracias a tu material genético. O no?

domingo, 6 de marzo de 2011

la liga de la leche


Hay un momento que es crucial para tu futuro inmediato cuando estás pariendo, pero no te das cuenta porque estás bajo los efectos de la anestesia, las contracciones y el chute de oxitocina. Suele suceder al mismo tiempo que un médico que acaba de terminar la carrera de medicina, o eso te parece a ti, te mete la mano dentro de la pelvis y la saca triunfal diciendo 'sí, ya está dilatada de cuatro'. Pero lo dice sin mirarte siquiera, porque en realidad habla con la comadrona y tú eres sólo la cabeza entre piernas que se queja como si fuera una coneja. Ahí por fin que alguien te habla por encima de tus piernas, y es una enfermera que llega con su bloc de notas y te pregunta respetuosamente: le darás el pecho a tu hija?  Sí, respondes entre contracción y contracción y antes de que te coloquen la anestesia epidural. Ni cuenta te has dado de que acabas de decidir tu vida para los próximos cuatro o seis meses, por lo menos.

A continuación empujas y empujas hasta que con uñas, dientes y brazos sacas a tu hija por la pelvis y te la ponen en los brazos apenas asoma el morro. Te la sujetan al pezón entre su grasa y la tuya, y contemplas extasiada entre lágrimas cómo succiona. Ahí se queda, enganchada a tu pezón izquierdo, porque el derecho está entre cables de goteros y vías en la mano para sujetarlos. Y una y otra vez succiona, para sacarte el calostro que tanto la va a alimentar mientras te estimula la subida de leche.

Los siguientes tres días serán cruciales si quieres tener leche, te dice la enfermera ya en la habitación. Cada cierto rato, póntela al pecho. Y esa frase tan inofensiva, será tu cruz y tu santo y seña. Cada vez que te quejes, que pidas desesperada que se lleven la niña a un nido para poder dormir, que aúlles de dolor por las heridas de tu pezón izquierdo, cada una de esas veces, habrá una enfermera de eso que llaman en los hospitales modernos 'nursery' que venga y con la mejor de sus sonrisas te diga 'póngala al pecho'.

No importa cuánto duela y lo poco que duermas. Póngala al pecho, repetirán como autómatas todas ellas. Dónde está la ginecóloga que defiende mis intereses y no los de la niña, preguntarás. La ginecóloga ya hizo su trabajo, señora, te dirán con desprecio. Ahora la que tiene que salir adelante es ella, y usted tiene que producir la leche que la suba de peso. Así que... póngala al pecho.

La segunda noche pido un chupete para que no me destroce las tetas. Me miran con desprecio y me niegan la mayor. La tercera noche pido a mi marido que amenace a la enfermera talibán con un cuchillo de la cena y le pida un biberón de leche artificial a las tres de la mañana. La enfermera teme por su vida y sólo por eso trae el biberón. Pero la muy cafre se lo quiere dar en jeringuilla. Claro, la niña rechaza la leche y ella opina que es que no tiene más hambre. Le pregunto alucinada porqué no se lo da con la tetina como se dan todos los biberones, y me responde que como le doy pecho a mi hija que la tetina está contraindicada para que no se malacostumbre. La volvemos a amenazar con el cuchillo de la cena y entonces ella saca la tetina y se la coloca al niño en la boca, que se traga el biberón como si fuera lo único que ha comido en su vida. Cafre de mujer.

Y aquí estoy, que si no es porque mi hija acabó en la zona de neonatos por un tema de ictericia, y me encontré con enfermeras que ya no eran talibanes sino seres humanos, hubiera mandado la lactancia materna a hacer puñetas en menos de cuarenta y ocho horas. Seguirá.