my time is now (Nike)

PASA PASA ESTÁS EN TU CASA

COMO EN TU CASA



lunes, 16 de diciembre de 2013

la mujer florero


Sabrá la esposa de Bárcenas que Woody Allen le ha hecho una peli? Si yo fuera ella, nada me haría más ilusión que que un cineasta de esa talla y una actriz tan bella y diosa como Cate Blanchett se  hubieran  fijado en mí, en mi vida, en mi desgracia, en mi yo no sé nada tururu tururu, para un guión de Hollywood... y sin embargo, mucho me temo, mujer de Bárcenas -su nombre importa menos puesto que ejercía de mujer de todo el rato- que no eres la única, que ha habido muchas más y que, incluso cabe la posibilidad de que Woody no sepa ni de tu existencia. Bienvenida al anonimato. 

En cuanto a Blue Jasmine, decir que veo a Cate Blanchett con la estatuilla en la mano, que me eriza la piel su actuación bárbara y que las conversaciones con los macarras me parecen insuperables. En El Consejero me pasaba que no me creía ninguna de sus conversaciones. Bien, con Blue J me pasa justo lo contrario, que todas me parecen de verdad. Y eso es lo primero que le pido a una historia de cine, que me la crea, que por un rato me sumerja en ella y no piense en ninguna otra cosa, ser esa Cate frívola y egoísta para quienes los demás son sólo peones en  el camino que me ponen ruedas o alas, que me sirven y que luego son desechables. He escuchado decir que es muy dura, pero no lo son siempre las historias de verdad? 

lunes, 9 de diciembre de 2013

Flower power o la magia de la Navidad


Viendo tele. Miércoles noche. Marido de cena de trabajo. Hijos en el catre ya. Sola ante el televisor y con una copa de vino y una mizquita de chocolate. Flower power, el poder de las flores, Helen Mirren, qué es eso, me pregunto? Y resultó mi peli del mes, ni cine ni nada, ésta fue la que más me gustó por delante de El consejero -que es pretenciosa y lo único que la salva es el bellezón de Michael Fassbender- y sin que  todavía pueda opinar sobre Blue Jasmine porque la tengo pendiente. 

Cuando tenía quince años y leía a Martín Vigil, un clásico de mi adolescencia, pensaba que la delincuencia juvenil era redimible, pensaba que todos esos niños de mi misma edad que sacaban la navaja merecían la misma oportunidad que yo había tenido, la de estudiar, la de que les quisieran de verdad, la de que creyeran en ellos, y lo mismo pensaba Martín Vigil por lo que se carteaba conmigo sobre sus Niños bandidos y otras novelas similares. Quizá no era alta literatura, pero sí era literatura social, y yo iba por ahí tratando de llegar a acuerdos con las gitanillas que me robaban la cartera porque sabía que en el fondo de su corazón no me habían querido hacer ningún daño. Y le daba vueltas a un libro sobre todas esas cosas que nunca pasó de la página quince. 

Lo más grave del asunto es que sigo creyendo en todas esas ideas. Sigo pensando que la pena de cárcel no puede ser sólo un castigo sino que necesita conservar su misión de reinserción del delincuente en la sociedad. Que no lo digo yo, que lo dice la Constitución. Que si hay uno solo que se reintegre, habrá valido la pena el esfuerzo. Y Flower Power es eso justamente, una cárcel sin rejas en donde los presos aprenden jardinería y hay un director de prisiones que no lleva uniforme ni una porra en la mano. Es un poco boba, inverosímil y absolutamente ingenua. Comedia británica. Pero te hace soñar que un mundo mejor es posible, y yo me fui a la cama más contenta que unas pascuas. 

Y con esto doy comienzo a los festejos navideños, las luces, las estrellitas, los regalos de buena voluntad, los Papás Noeles en los balcones y todas las pijadas imaginables que vuelven con el turrón y las buenas intenciones. Hay quienes la odian, pero yo no. Viva la frivolidad de la Navidad, con sus tiendas abiertas veinticuatro horas y sus niños cantando villancicos en las calles de Wisconsin -a quince bajo cero- y repartiendo amor y felicidad. 

lunes, 4 de noviembre de 2013

jueves, 24 de octubre de 2013

Bailando me paso el día bailando y los vecinos mientras tanto...


A los cuarenta y con niños pequeños, la única posibilidad que te queda para desmelenarte y bailar son las BODAS!!! Este mes he tenido dos casamientos en dos ciudades españolas, y con eso he conseguido colocarme encima de esos tacones imposibles que llevaban empolvados en el armario ni se sabe de tiempo, y enfundarme en un vestido de seda que estaba ya a punto de regalar por falta de ocasión. 

Y con dolor de pies incluido por la falta de costumbre, nadie ni nada pudieron impedir que, al sonido de Barry White y You to me are everything, mis tacones se lanzaran desesperados a la pista para bajar el mousse de chocolate, los montaditos de foie y las ocho copas de vino y champagne que me acababa de meter. Y es que vamos a ver: dónde hoy en día encuentras juntos a Barry White, Alaska y Aretha Franklin a la una de la madrugada en una pista de baile? Por no hablar de los Secretos o Gloria Gaynor. Inigualable sensación de placer, nostalgia, revival, y my time is now como dice el lema de Nike. Bajo una bola setentera y rodeada de niñas que miden y calzan más que tú. 

Dónde es la  próxima??? 

lunes, 14 de octubre de 2013

LA BULLOCK


De pequeña quise ser astronauta, entre otras cosas que no me atrevo a nombrar. Luego crecí, odié las matemáticas, las ciencias en general y me dediqué a leer, escribir e interpretar lo que escribían otros, cosas de abogados, y nunca más pensé en mi profesión frustrada. Nunca más, hasta que la semana pasada me senté en el sillón del cine vo para ver Gravity. La Bullock está inmejorable, con toda esa claustrofobia que te contagia nada más salir a escena detrás del cristal de su casco gravitatorio. Yo casi me quedo sin oxígeno con ella. Pero luego llega Clooney, el más genuino y actual de los Cary Grant, y todo te lo confunde. El espacio, las estrellas, sus ojos azules que resultan no serlo y su imagen de perdido por el firmamento. Y quieres dar piruetas como él y con él y aferrarte a sus manos, segura de que nada te va a pasar si te abotonas a su camisa de fuerza. Todo eso, y unas gafas 3D que te lo colocan a una distancia ridícula de tu mano. Casi le toqué, si no fuera por el traje. Y acabé agotada de tanto viajar, respirar a sorbos lentos para no quedarme sin gas, apagar incendios y encender interruptores en chino y ruso de naves Soyuz que están a punto de estallar. Fui Sandra Bullock. De hecho, todavía me siento un poco Bullock mientras mis piernas se desplazan por la cocina de casa y trato de levitar mientras preparo el desayuno. 

jueves, 3 de octubre de 2013

Pues te lo inventas!


Mi hijo tiene cinco años. Lo que le gusta al salir del cole, después de pasarse allí de 9 a 5, lo que suma 8 horas de jornada laboral, es ir al parque con sus amigos, o a casa y pintar, ver  algunos dibujos, merendar en el sofá, contarnos qué cosas han hecho en clase, con quién jugó, a quién castigaron esta vez... ya hace dos extra escolares en el mismo centro: natación y judo, lo que le supone salir un día a las 6 en  vez de a las 5. Ya está, no? 

Para mi asombro, en la web que tenemos de papás y mamás concienciados con la educación de nuestros hijos, compruebo que hay ya varios papás y mamás preocupados por si el año que viene darán francés en la escuela -además de inglés, catalán y castellano- y otros que  proponen clases de tenis de seis a ocho de la tarde, y otra mamá que responde que el suyo va a clases de chino pero que también se puede estudiar ruso en el mismo centro, otros van a teatro para mejorar su expresión corporal... y yo lo entiendo todo, pero no nos estaremos agobiando antes de tiempo? Dios mio que jueguen, que hablen con sus amigos de todo y de nada, que hablen con nosotros, que se tumben a la bartola un rato antes del baño y la cena, que interactúen con sus hermanos pequeños o mayores si los tienen, que no hagan nada y se aburran!!! 

No recuerdo muchas cosas de mi infancia, tengo poca memoria, pero alguna tengo, y recuerdo a mi madre cuando le iba con lamentos tipo 'es que no sé qué hacer' y siempre me respondía 'pues te lo inventas!'. 

Creo que los papás de ahora, de puro concienciados, no les dejamos ni aburrirse, por si acaso nos toca bailarles una jota. Les llenamos de actividades entre semana y el fin de semana de modo que  no les quede tiempo  ni de respirar. Objetivo encubierto: que lleguen a casa extenuados y no nos den mucho la tabarra. Objetivo políticamente correcto: que se formen para este mundo cruel y desigual donde, si no son los mejores en algo, no sobrevivirán. 

Y con eso les contagiamos nuestros miedos, nuestros fracasos, nuestros temores, nuestras prisas y nuestro estrés generacional. Aburrirse debe de ser un placer. 

lunes, 23 de septiembre de 2013

Yo me catalanizo, tú te catalanizas...


él se catalaniza... y así sucesivamente hasta 43 millones de españoles, o menos si descontamos a todos los inmigrantes que se han vuelto a sus países más prósperos que éste y otros millares de españoles que se han ido a hacer las Américas, las Asias y sucesivamente... en medio de este totum revolutum sale Esperanza Aguirre la magnífica con una frase de publicista de Aquarius o de la Coca-Cola -que son los mejores- y dice: "hay que catalanizar España" y olé. 

Frente al sieso de Wert que quería españolizar a los niños catalanes, llega ella y quiere catalanizarnos a todos, hacernos ver que el pan con tomate es lo mejor que hay, que saber dos idiomas es mejor que hablar  uno solo, y que la fuerza catalana bien organizada puede mover algo más que turbinas. Que el café para todos que trajo la Constitución del 78 sencillamente se ha quedado obsoleto, y que no pasa nada por hablar de asimetrías, de competencias desiguales y de Comunidades que ni son idénticas ni tienen porqué serlo. Y Josep Piqué nos dice que hay que convencer a los catalanes de que "estar en España es un buen negocio", y Oriol Junqueras que no hay que perder el pasaporte español por tener el catalán. 

Parece un tremendo lío, pero yo creo que hay Esperanza... y va en la dirección asimétrica... 

lunes, 16 de septiembre de 2013

ESPEIN IS DIFERENT MAI FREND


De cinco hijos, uno atontao, otro depresivo, el anterior se oenegea, el pequeño se quiere casar de forma prematura y el del medio está acomplejao. Qué es? Una peli española, pues qué iba a ser. La gran familia española, de Sánchez Arévalo, en cartelera desde la semana pasada. 

Si eres español -incluso si eres catalán y te empeñas en ser diferente- es apta. Risa garantizada y esperpento también. Actores más o menos. Los hombres mejor que las mujeres en mi opinión, y ni siquiera sé porqué, pero como más espontáneos en sus chorradas. Extravagante y real como la vida misma de una familia corriente nacida en los sesentas o setentas del siglo veinte. Si eres belga, o sueco, o noruego, uff yo no sé, quizás si te gustó Jamón jamón ya tienes puntos para  ver ésta también. 

En cuanto a mí, que siempre quise familia numerosa cuando era niña, especialmente cuando iba a casa de mis primos que eran nueve hermanos, pues me retrotrajo a una vida que nunca fue la mía, pero la gocé que no veas. Apuntadla! 

martes, 3 de septiembre de 2013

El segundo violín


Me gusta la  música de violín. Suena cursi decirlo, o no, me importa un pito, el caso es que la peli de ayer El último concierto, me pareció fascinante, conmovedora e inmensamente romántica. Philip Seymour-Hoffman es probablemente mi actor favorito desde hace unos años, me enamoro de todos sus papeles perdidamente, cuando no directamente de él, porque su alma es la misma en todo lo que hace, tan sólo le quitaría unos kilitos para ponerle más en forma, aunque puede que perdiera sexappeal, quién sabe... 

Los egos masculinos, los polvos aplazados, el miedo a sufrir en vida y al menoscabo físico, el pavor a enamorarse de alguien que no sea una cosa, el temor de la soledad, la vida compartida, la ausencia de pasión, los celos, el  rechazo, la amistad, la crianza, los reproches y las lágrimas... y un último concierto. Conmovedora y sutil, como la vida. 

viernes, 30 de agosto de 2013

Réquiem


Alguna vez te has imaginado tu propio funeral? es duro, pero es una constante en las cabezas de mucha gente, quizá porque la idea de la propia muerte nunca se nos escapa del todo y bueno, el entierro es parte de esa idea no? Quién vendría, quién nos lloraría, quién nos reiría, y más que eso, quién nos recordaría? Parece un ejercicio puramente egocéntrico, de mirarse al ombligo, pero es más que humano me parece a mí y además qué carajo, todos queremos dejar algún tipo de huella, con o sin trascendencia de por medio. 

Ayer acudí a un funeral multitudinario y la propia vitalidad del fallecido, por raro que parezca, me hizo salir de allí con una sonrisa. Alvaro, dijeron, seguro que ya está dando clases de vuelo a los ángeles más atrevidos. 

Pero además otra cosa me hizo sonreír. La hermana del fallecido me abrazó y me dijo 'Manuela tú nos has ayudado mucho'. Y se refería a mi trabajo, a mi hacer y a mi no hacer, a mis llamadas y a mis intermediaciones en algunos de sus asuntos profesionales. Y que en un momento así se acordara de eso, me hizo sentir que ella me estaba reconfortando a mí, y no al revés como suele suceder. Y es que dejar huella de tu paso constante y sonante, es una necesidad vital. Descanse en paz. 

viernes, 2 de agosto de 2013

Los Warren



Me encanta pasar miedo viendo una peli, salvo cuando duermo sola claro. Y anoche escuchaba todos los ruidos y gritos de THE CONJURING -INFORME WARREN- por mi casa a las cuatro de la mañana. Por qué? porque me liaron para ver cine de terror y salí aterrada. Había visto MAMA y no sufrí mucho ni me la creí demasiado, pero ésta de los años setenta, con muñecas de labios carnosos y mirada fija que se mueven de un sitio a otro y personas que son lanzadas al vacío o arrastradas por el suelo porque se les ha metido dentro el diablo, uff... Lo que pasa es que ahora ya no se dan tanto esos fenómenos paranormales a nuestro alrededor. Cuando yo era niña estaban Jiménez del Oso con  sus psicofonías y las pelis con exorcistas, en cambio ahora la Iglesia y sus ritos como que han perdido protagonismo en nuestras vidas, no? Ya no nos asustan los demonios invisibles, sino las bombas de los terroristas o los cuchillos de algún tipo que quiera grabar su asesinato en vídeo. Quizá en los setenta hubiéramos dicho que se les había metido Lucifer en el cuerpo, y ahora simplemente nos parece que es un esquizofrénico que escucha voces en su cabeza. Menos mal que el papa Francisco está recuperando fieles a marchas  forzadas... Feliz verano gente!!!

lunes, 22 de julio de 2013

Sola en casa


Un año más, los niños con los abuelos y yo de rodríguez por la ciudad condal. Sola en casa. Sola en la oscuridad de la noche, sin  que nadie chille ni pida agua ni tenga pipí ni una pesadilla. Sola en el desayuno, sin que se derrame el zumo de naranja recién exprimido ni la leche de vaca. Con la música a tope y bailando en el salón mientras  me preparo unas tostadas. Sin dibujitos animados ni tan siquiera noticias. Sólo música. Me sobra tiempo, me hago la  cama, me preparo la  bolsa del gimnasio, vuelvo a mirar el reloj y me doy cuenta de que hoy llegaré a mi hora al trabajo. 

Y sigo preguntándome: pero se la tiró o no se la tiró? Porque de toda la película de Antes del anochecer, última de la trilogía entre Julie Delpy y Ethan Hawk, yo soy así de simple, como ella en el fondo, que no quiere saber si la ama o la deja de amar y si son una  familia más o menos constituida o improvisada. Déjate de chorradas Ethan, lo que ella quiere saber se responde con un sí o con un no: mientras ella paseaba a las gemelas en el carrito durante horas por la noche para que se durmieran, y tú estabas en aquel congreso de literatura rusa, te beneficiaste a la rubia que te ponía ojitos, la Emily Bronte ésa, o no? 

Muchos lugares comunes para mi gusto en la película, y hablan demasiado. Como escritor no me lo creo mucho a él, los que yo conozco son más reflexivos y menos charlatanes, y en cuanto a ella es una pesada de tomo y lomo en la que, por desgracia, yo me reconozco a cada frase que le dice, y me chirría reconocerme casi más que escucharla a ella. Qué pesada es, pienso, o qué pesada soy, pienso. Y me siento un poco ridícula reflejada en ella, pero me reconforto pensando que el papel de  la prota debe estar escrito por un varón, porque desde luego Ethan sale mucho mejor parado. Claro que él no tiene que hacer las maletas de las niñas cuando viajan, así cualquiera. 

La comida bucólica de artistas que se marcan en la masía griega me parece un poco excesiva, demasiado cliché, pero me divierte igualmente. Todo me divierte de hecho, a pesar de que le veo un punto cursi. 

Y luego llego a casa, a la casa vacía, al nido sin pollitos, y me pongo a ver Modern family. Para ver la vida en pareja me quedo con ellos, con los de Modern family, que no dramatizan tanto. Y es que son americanos. 

Y por último, si queréis saber lo que yo opino: como la Delpy, creo que sí se la tiró. Pero también creo que no hacía falta preguntarlo. No en la vida real por lo menos. Porque, y si te dice que sí? Menos mal que Ethan es un tío listo y no responde a la pregunta. 

miércoles, 10 de julio de 2013

Este Papa sí


No soy ni mucho ni poco de católica. Lo justo.  Pero sí creo -o quiero creer- que el paso por esta vida tiene una continuación después. Me reconforta pensar que, en algún remoto lugar o dimensión, están las partículas de los seres que he querido y que siempre querré. Me he hecho a la idea de que mi madre nos acuna desde su 'estrella', a donde la depositó mi hijo de dos años cuando ella falleció. Y más aún, Jesús ha sido mi compañero de fatigas desde que tengo uso de razón. Y nunca le he sustituido. 

Así las cosas, y aunque en mis colegios primero y segundo insistieran en que la Iglesia somos todos, durante muchos, muchísimos años, casi todos, me he sentido lejana y más lejana de la curia, de las instituciones eclesiásticas de máximo rango, de los prelados más adornados de sotanas de colores, y alguna que otra vez he encontrado refugio en monjas y curas de andar por casa, de a pie, pero porque actuaban como si  fueran psiquiatras o asistentes sociales y no trataban de convencerme de nada, y menos aún de prohibirme cualquier cosa. 

Y tengo que decir que éste es el primer Papa por el que siento complicidad. El papa Francisco tiene esa impronta que yo siempre pensé que mi amigo Jesús había tenido que dejar por algún lado entre sus sucesores. Y hasta ahora no lo había encontrado en ninguno anterior. 

Francisco se ha plantado en Lampedusa y nos ha hecho responsables a todos por nuestra indiferencia, empezando por él mismo y acabando por mí. Que cada día leo noticias y veo imágenes que deberían espeluznarme y cortarme el apetito, pero el show debe continuar y yo paso de página o cambio de canal mientras comento cómo me ha ido en la  oficina o le chillo a mi hijo -perdón- para que se  termine la cena de una vez. Y, como dice Francisco, me aparto de  la  acera para no pisar a un mendigo y me cierro los pestillos de mi coche para que no me atraquen los limpiadores de parabrisas. Al igual que la Merkel y su colega Rajoy cierran las compuertas  para  que no entre agua sucia en nuestra isla de bienestar. Si acaso, la abren por dentro, por si salen unos cuantos. Que trabajo hay cada vez menos. Y si alguno se cae por el camino, que sea de vuelta a su casa. 

Termino con unas frases del magnífico artículo de Pablo Ordaz, en boca del Papa: 

“¿Quién de nosotros ha llorado por la muerte de estos hermanos y hermanas, de todos aquellos que viajaban sobre las barcas, por las jóvenes madres que llevaban a sus hijos, por estos hombres que buscaban cualquier cosa para mantener a sus familias? Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia del llanto... La ilusión por lo insignificante, por lo provisional, nos lleva hacia la indiferencia hacia los otros, nos lleva a la globalización de la indiferencia... 

¿Quién es el responsable de la sangre de estos hermanos? Ninguno. Todos respondemos: yo no he sido, yo no tengo nada que ver, serán otros, pero yo no. Hoy nadie se siente responsable, hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna, hemos caído en el comportamiento hipócrita [..]. Miramos al hermano medio muerto al borde de la acera y tal vez pensamos: pobrecito, y continuamos nuestro camino, no es asunto nuestro, y así nos sentimos tranquilos. La cultura del bienestar, que nos lleva a pensar solo en nosotros mismos, nos convierte en insensibles al grito de los demás, nos hace vivir en pompas de jabón, que son bonitas, pero son inútiles, no son nada...

Te pedimos ayuda para llorar por nuestra indiferencia, por la crueldad que hay en el mundo, en nosotros y en todos aquellos que desde el anonimato toman decisiones socioeconómicas que abren la vía a dramas como estos. Te pedimos perdón por aquellos que con sus decisiones a nivel mundial han creado situaciones que conducen a estos dramas”.

viernes, 28 de junio de 2013

niños


A mí me abandonaron al nacer. Ya no sé si fue de forma voluntaria o involuntaria, pero de todos modos es mejor que te abandonen al nacer que posteriormente, puestos a elegir y en mi humilde opinión. Ayer saltaba a los medios una noticia que, a pesar de ser más habitual de lo que parece, siempre sorprende y electriza las heridas: dos niños de 11 años y 22 meses eran abandonados en el Ayuntamiento de Talavera de la Reina por sus padres, alegando que  no pueden mantenerlos. Aunque ahora los padres están contradiciendo esa versión, pero el hecho es que allí se quedaron, en el Ayuntamiento y sin los padres. 

Cuando hice mi posgrado sobre la renuncia de las madres a sus hijos bajo las leyes actuales, comencé preguntando a los educadores sociales y a los juristas, si eso era posible, si uno podía abandonar a sus hijos sin ir a la cárcel. Sí, me dijeron, siempre que renuncien a ellos y no los pongan en peligro. Igual que una madre puede renunciar a su hijo al dar a luz y no volver a verlo más, siguiendo ciertos protocolos, también puede renunciar a la patria potestad más tarde y dejarlo bajo la tutela de la Administración. 

Lamentablemente, me temo que la crisis pueda disparar los casos. Y uno se pregunta: ¿cómo hay que estar de mal financieramente, anímicamente, para abandonar a tus hijos? Al igual que ese cuento tan cruel de Pulgarcito, en que los abandonaban a su suerte en el bosque, en este caso los depositan en el Ayuntamiento del pueblo, con sus carritos, con sus vestidos, con sus enseres, para que otra familia más pudiente se haga cargo de ellos. 

No hay delito en este caso. No es abandono en medio de la calle ni lo han colado por una tubería de los desagües, como ocurrió con un recién nacido hará dos o tres días. No. En este caso es una entrega y una renuncia a cara descubierta y sin excusas: no podemos seguir cuidándolos. 

Imagino que ahora viene un estudio por parte de la Administración, preguntas y más preguntas, averiguaciones sobre la familia extensa de esos niños, posibles ayudas, informes psicosociales y un sinfín de protocolos. En un país -todavía del primer mundo- en que el Sr. Wert se ofrece a subvencionar con 5.000 euros a las familias que en Cataluña quieran escolarizar a sus hijos en castellano, no hay dinero para becas de comedor ni tampoco para familias en tal nivel de desamparo que se ven obligadas a renunciar a sus hijos. Me dan ganas de no pagar la declaración de la renta de este año y emigrar a un paraíso fiscal donde yo decida qué subvenciono con mi dinero y qué no. Saludos cordiales familia. 

lunes, 17 de junio de 2013

Writers


Siempre he percibido la Soledad como una Amiga necesaria y saludable. Cómo sino consigues pensar con claridad, reflexionar, leer una buena novela o bailar desenfrenadamente desnuda en el baño frente al espejo? Hay cosas que la requieren a la Soledad. Y en al menos una ocasión hasta le he dedicado un cuento a esa vieja Amiga. 

Sin embargo, ahora me encuentro con un estudio que dice que la soledad te hace comer  más galletas, más helado, te aferra a los vicios como el tabaco y el alcohol, y hasta te puede dar por follar indiscriminadamente si te sientes muy solo. Vaya por Dios, una mezcla entre el Charlie Sheen de Dos hombres y medio y la Renée Zellweger de Bridget Jones

Y me quedé pensando en las épocas en que yo he comido más galletas, más chocolate y más helado: y transcurren entre mis fines de semana más solitarios, pero más  fecundos en cuanto a escribir se refiere, y aquellos otros de embarazo, en que me sentía la mujer más vulnerable del planeta. Para el alcohol he sido siempre más bien un ser social, claro que cuando dejé el tabaco me servía mi copita de vino nada más llegar a casa para compensar. Un vicio quita otro vicio, igual que un clavo quita otro clavo. Del sexo ni hablamos, demasiadas redes sociales de por medio para confesar lo privado. 

Pero todo eso en nada se parece a la verdadera Soledad. La que se siente en grupo, en pareja, en familia, en sociedad, en medio de una fiesta, en un ascensor atestado de gente o en una playa bullanguera: la que va por dentro. Esa que duele. 

De todas ellas habla Writers, una peli de humor inteligente y con la que pasas un buen rato -con algún que otro pero- y que se ha traducido tontamente como Un invierno en  la  playa. Escritores que hablan, piensan, sienten, viven, follan, aman, odian, se drogan, y todo lo malo y todo lo bueno lo utilizan para su ficción. Se diría que a veces viven para poder contarlo. Y en familia. 

miércoles, 29 de mayo de 2013

las Siervas de la Pasión


Cuando me dijeron que era adoptada, y que las monjas que me entregaron a mis padres se llamaban las Siervas de la Pasión, dios, me sentí muy rara. Por una cosa y por la otra, pero yo que soy peliculera, comencé a imaginar por qué unas monjas se habrían puesto ese nombre. Las religiosas del colegio donde yo estudié se llamaban Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, que bueno tiene su aquél pero suena menos lascivo. Siervas de la Pasión me pareció a mí que sería por las chicas que acogían. Chicas que, llevadas  por una pasión amorosa, se habían abandonado al hombre de sus sueños que les había hecho un bebé en sus entrañas. De ahí el nombre, pensé. Y me pareció romántico. 

Sí. Hasta que leí lo que decía la web de las propias monjas Siervas de la Pasión: "apasionadas por Cristo y por sacar adelante a esas chicas que, una vez embarazadas, nadie quería". Vaya decepción. O sea, que las de la pasión eran las monjas, no las chicas embarazadas como mi madre biológica. 

Y esas mismas monjas, que hoy están en todos los periódicos y en las bocas de todos los periodistas, las de la Casa Cuna Santa Isabel de Valencia, por un presunto robo de bebé y por mentir a la madre diciéndole que su hijo murió en el parto, esas mismas monjas que piden la beatificación o santificación de su fundadora Teresa Gallifa (1850-1907 Barcelona), son las que me vieron por primera vez cuando vine al mundo. 

Teresa Gallifa, su fundadora, fue madre viuda de 7 hijos, de los cuales la  mayoría murieron por enfermedades de la época, según rezan los anuarios de la orden. Pero no consiguió constituirse en una orden religiosa bendecida por el Vaticano y por el Obispo de Vic (Barcelona) hasta pasados muchos años de su fundación en 1886. Si leemos  lo que ellas mismas  han escrito, Teresa Gallifa lo único que quería era salvar a esas 'pobres chicas que, una vez embarazadas, nadie quería' de sí mismas y de sus familias, así que las acogía, les daba alimento y sustento y les atendía un parto que, sin su ayuda, quizá no hubiera encontrado obstetra que quisiera  atenderlo -siempre según las monjas-. 

Hasta 1926 no consiguieron ser orden religiosa católica apostólica y romana, y más bien eran maldecidas y proscritas allá donde se instalaban, por acoger a mujeres de  mal vivir se entiende. Tanto así que tuvieron que trasladarse de Vic a Barcelona, donde  el mal vivir estuviera más difuminado por las dimensiones de la ciudad condal. 

Así retratan en su web su misión 'salvadora' actual: Nuestras jóvenes gestantes y madres solteras proceden en general de familias honradas y buenas de toda condición social. Nos son jóvenes perdidas, sino influenciadas por la debilidad moral que engendran ideologías raras y extrañas y por el concepto materialista de la vida, que desemboca en la mal entendida "liberación de la mujer". Se suman los estragos del sexualismo, la pornografía y las relaciones prematuras. Ese complejo de causas y factores las desvía de lo que debieran ser sus centros de indefectible atracción. El hogar con su vida familiar y amor a los padres, el estudio y el trabajo, la formación cívica, moral y religiosa, la honestidad de vida y saludables diversiones... Todo ello constituyendo el clima propicio para meditar, en serio, la elección acertada de su estado de vida permanente.

Y estos son los planes que les proponen para salir del 'abismo': 

En nuestros Hogares y Residencias se las forma de manera recta y completa, explicándoles el Catecismo y cuáles puedan ser las soluciones de su problemática:
  • Casarse la madre soltera con el padre de su hijo, o con otro hombre, consciente y responsable, que las despose reconociéndole el hijo
  • Retornar con su bebé a la casa paterna observando una conducta familiar, laboral y social irreprensible.
  • Acogerse en nuestra Residencia con sus retoños, trabajando en la calle, cuidando nosotras de sus hijitos, en la nursería y guardería.
  • Solicitar el recurso de unos padres adoptantes para su hijo.
De todas  las opciones que les proponen, hoy, siglo veintiuno, no veo ninguna que sea: ponte a trabajar y saca adelante a tu hijo, con o sin ayuda de tu familia, y hazle sentirse orgulloso de tener una madre con un par de huevos para enfrentarse a la vida, a la sociedad y a las preguntas. 

Y estas mismas Siervas... que reciben subvenciones de los Gobiernos autonómicos o locales, son las que le dijeron a una mamá, y quién sabe a cuántas más, en el año 69, en Valencia capital, en el hogar de Santa Isabel, que su hijo varón habían muerto en el parto, para después darlo de inmediato en adopción, y para que 44 años después ese varón resultara ser una  hija que se ha reencontrado con su familia biológica con mucho retraso y todos  los impedimentos del mundo. 

Cuando esa chica había ido a preguntar por su madre biológica a la casa cuna, le habían dicho lo que a mí: hijita, no te tortures, las madres no vienen nunca a preguntar por vosotros, vive tranquila, tienes una familia estupenda, sigue adelante, no mires atrás. Y cuando la madre iba a preguntar por su hija biológica, o lo que fuera que tuvo, le decían: los hijos nunca vienen, están demasiado enfadados con vosotras y os guardan demasiado rencor,  no quieren saber  nada de su pasado. 

Si sigo siendo creyente, debe ser milagrito de Dios Padre. 

lunes, 20 de mayo de 2013

Es sólo trabajo


Lo que hacemos, a lo que consagramos buena parte de nuestro día de dieciséis horas -se supone que ocho dormimos-, lo que nos da de comer y nos deja dormir o nos quita el sueño, es sólo trabajo o es otra cosa? Es un modus vivendi, una fuerte e imprescindible rutina, una fuente de estrés y mala leche, una excusa para salir de casa, una obsesión, una adicción, una maldición, una rutina malsana, una fuente de contactos? 

Y más aún, creemos en nuestro trabajo? Creemos en lo que hacemos, en lo que peleamos, en lo que arriesgamos? Y sabemos por qué lo hacemos? Dinero, placer, necesidad, virtud, riesgo? Porque no sabría hacer otra cosa y conseguir dinero con ella? 

Las actividades que realizamos día a día en esos trabajos, son gratificantes, frustrantes, las odias? Jodes a alguien desde tu puesto y te parece que haces  justicia, o haces injusticia pero no te queda más remedio? Denunciarías a tus jefes si pensaras que estáis -todos- haciendo con tu trabajo algo ilegal, o simplemente estafando a alguien? Y si supieras que estás defendiendo algo a base de trampas? Lo denunciarías aún a riesgo de quedarte en la puta calle? O pensarías antes en tus niños y tu hipoteca y guardarías silencio? 

Te parece que te educaste para este tipo de trabajo, o más bien que te estás desaprovechando? 

Si alguna de las  preguntas te parece relevante, seguro que te gusta Tierra Prometida, lo último en la cartelera con Matt Damon y dirección de Gus Van Sant. Interesante reflexión, y me gusta la evolución del personaje de Damon. Los luchadores que creen en lo que hacen y se entusiasman defendiéndolo, aún cuando a veces sea indefendible, siempre me han dejado boquiabierta porque nunca tuve esa virtud. Quizá es que nací ya demasiado cínica y descreída. O el mundo me hizo así, como a Jeanette

lunes, 6 de mayo de 2013

De cartones y hombres


Un hombre un kit. Esperar, sellar, timbrar, correr, desvestirse, mudarse, sonrojarse, humillarse, arrastrarse y alcanzarlo, por fin, un sello nada más: APTO. 

Apto para dormir en el suelo, taparse con el abrigo, vestirse con zapatos disparejos, disponer de una lata de conservas que no se abra, esperar el zumbido de un avión que sobrevuele con víveres escondidos dentro de veinte cajas de cartón, más cartón, más frío, bombillas que se encienden y se apagan sin que tú las controles. 

Un actor inmejorable: Rafa Sánchez. Una actuación exquisita. Una banda sonora que ya quisieran en Hollywood -la quiero!-.Y justamente no tengo palabras para describirla, pero te hace sentir todas esas emociones por las que su personaje va pasando: el desconcierto, el temor, la alegría infinita de encontrar un huevo duro que llevarse a la boca, la rabia, la humillación, el desasosiego, la furia, el terror... y la vuelta al conformismo pacífico de resituarse con un palillo que sabe a madera y a miel. 

Hay que verla, escucharla, olerla y tocarla, hacerla nuestra. Todos deberíamos pasar por la silla que mira a la obra de Sera y Rafa Sánchez De cartones y hombres. Un lujazo. Felicidades porque lo habéis vuelto a conseguir!!!

miércoles, 24 de abril de 2013

Caza al hombre


Un hombre trabaja en un colegio parvulario. Dinamarca. Bosques inmensos y ciervos. El hombre es guapo. Más que eso. Una niña no encuentra a sus papás para volver a casa, y su profesor la acompaña caminando. Casualmente, esa niña rubia de seis años es la hija del mejor amigo de ese hombre. Cuando la deja en casa, su padre le invita a pasar y toman café. Un día y otro día. La vida en el campo, te dices, qué sencilla parece desde la mirada del urbanita estresado. 

Y otro día cualquiera, esa niña ve cómo sus hermanos hablan de vergas y de cine porno. Y ese  mismo día, su profesor le rechaza un regalo de un corazón que ella ha confeccionado para él, no se sabe porqué. Y ella decide inventarse una historia de vergas y corazones rotos. Y ese profesor, ese hombre mejor amigo del padre de la niña rubia, deja de ser mejor amigo para convertirse en presunto abusador de menores. Sin el presunto delante. 

Como en las guerras, hay historias que no tienen final. Y Thomas Vinterberg ha construido una muy bella en La Caza.


jueves, 21 de marzo de 2013

Los amantes bananeros


Ni pasajeros ni amantes. La única escena memorable de la última película de Almodóvar Los amantes pasajeros es la que  acompaña al I'm so excited siempre genial que reproduzco en esta entrada, porque el resto de la historia, en mi humilde y pequeña opinión, es absolutamente prescindible. A salvo Javier Cámara, que está espectacular en su papel, como en todo lo que hace. Las pollas, las mamadas, los polvos y los chanchullos están explotados en exceso. Los buenos amantes, pasajeros o no, dejan huella, y esta peli sólo deja agujetas de estar sentado tanto rato. Y aún así, seguiré fan de Almodóvar. 

martes, 26 de febrero de 2013

I EN DEPENDÉNCÍA


Estoy en estado de shock. Porque uno considera a sus hijos, sin remediarlo, una prolongación de uno. Sus gustos, sus aficiones, sus canciones, sus colores y comidas favoritos, dependen de su madre y de su padre. Al menos a los cuatro años sí. 

De modo que, cuando ayer saliendo del cole de mi hijo, escuché cómo sus compañeros coreaban algo así como 'I EN DEPENDENCÍA' en varios tonos de voz, siendo el niño que lideraba los cantos de origen nepalí y madre catalana, quedé anonadada. Mi hijo no cantaba, estaba un poco al margen pensando en países que había aprendido en clase y concentrado en el bocadillo de queso que llevaba entre las manos. Así que pensé que mejor no darle importancia al asunto, pero en cuanto subimos al coche  y quedamos en privado, no lo pude evitar: 

-amor, qué era eso que cantaban tus amigos? 
-qué?
-sí,  esa canción que estaban cantando ahora cuando hemos salido... 
-ah, la de I EN DEPENDENCÍA? 
-sí, ésa misma... 
-es una canción que se  saben todos los del cole, yo también... 
-y dime una cosa, os la han enseñado las profes? 
-no 
-y entonces, de dónde ha salido? 
-no sé
-de algún niño que ha venido cantándola de casa?
-sí, creo que sí... te la canto? la sabe todo el cole, mami! 

No quise saber más. Cambié de tema y me dije: estás preparada para tener un hijo que quizá no piense como tú? 

viernes, 22 de febrero de 2013

Vestuarios


A menudo coincido en el vestuario del gimnasio con dos chicas de edades muy diferentes pero que tienen una cosa en común: saludan cuando llegan y cuando se van. Uff, parece una nimiedad, pero me da mucha rabia la cara de tonta que se me queda cuando entro en un espacio común y nadie contesta mi 'hola'. Constantemente pienso si seré invisible y por eso no se me oye. Hasta que conocí a Blanca, campeona de atletismo de Cataluña hace unos años y que comparte la misma inquietud que yo: o somos invisibles o el personal es muy maleducado. 

Blanca se levantaba a las cinco de la mañana con 11 añitos para ir a entrenar de 6 a 8, antes del cole, y volvía a entrenar de 5 a 8, después del cole. Con el consiguiente esfuerzo de toda su familia y en especial de su padre, que se levantaba a las cuatro y media para llevarla en coche, se entiende. La chica era tan buena que nadie podía decirle que no. Hasta que el No lo pronunció ella. No a más controles alimenticios estrictos y No a madrugones inhumanos de toda la familia. No a una vida tan estricta y pautada. 

Ahora han pasado los años y Blanca corre 14 kilómetros al día y nada varias piscinas después, pero eso sólo lo hace porque le gusta. 

La otra compañera de vestuario es una chiquilla como lo fue Blanca, y nos hemos enterado de que es actualmente campeona de natación en Cataluña. Al igual que ella hizo, la nueva campeona tiene escasos 12 o 13 años, una espalda de aquí a Roma y entrena de 6 a 8 de la mañana y de 4 a 6 de la tarde cada día, antes y después del colegio. Eso los días light. 

Y luego alguno le dirá que ha tenido suerte. Suerte! Suerte es conocerlas a ellas, que saludan a todo el que entra y sale por la puerta como si tal cosa. 

lunes, 11 de febrero de 2013

Hitch


Hitch era un tipo orondo además de un genio. Se llamaba Alfred y dirigió películas como Psicosis. Ahora le han hecho una peli a él protagonizada por Anthony Hopkins y una Helen Mirren como esposa que es absolutamente genial: su esposa Alma. 

Del largometraje Hitchcock se pueden decir muchas bondades, pero nada como ir a verla y juzgar por uno mismo. Hay veces que el buen cine es mejor no perder el tiempo en describirlo. Tan sólo me pararé en la  imagen que, a mí, como mujer y como esposa, me pareció más fascinante. 

La Mirren está celosa y enfadada por las muchas aspirantes de actriz que le hacen ojitos a su marido con tan sólo veintipico de años y mucho entusiasmo. No porque se lo quieran tirar, eso es lo de menos. Sino por cómo las mira él. Por cómo se deleita Alfred con su belleza y juventud. 

Y entonces Alma se pone el bolso al hombro y se va de tiendas. Cuántas veces no se va una de tiendas para cambiar el color del mundo que la rodea... En los grandes almacenes en que se pasea busca un bañador que remplace al suyo, que está gastado y cedido por los años que tienen ella y el bañador. Y entre todas las prendas que rebusca hay una que le atrae especialmente, por vistosa y porque es de rompe y rasga. No, se dice Alma, a mis años... de rojo furioso? con ese escote de quinceañera? Pero luego se lo piensa dos veces y arrambla con el único bañador más atrevido que ella en toda la tienda. Y cuando llega a casa se lo pone sin pensar si hace frío o calor y se lanza a hacer largos con una furia que dirías que está nadando contra Alfred o contra la propia decadencia de los años. 

Yo de mayor, quisiera ser como la Mirren. Me temo que ya voy tarde, había sólo un molde y lo rompió. 

jueves, 31 de enero de 2013

AMY MARTIN


B de Black. Mi primer sueldo lo cobré en negro. Y el segundo también. Mi primera pasantía la realicé en un despacho que llevaba dos contabilidades, la de Hacienda y la otra. Mis primeros clientes tenían cuentas en Luxemburgo y sociedades pantalla en las Islas Vírgenes con cláusula de confidencialidad de beneficiario último. Para mí el dinero B era un juego más en mi mentalidad de abogada a lo Tom Cruise. 

Luego crecí y comprendí que pagar impuestos era un concepto de solidaridad. Que gracias a los impuestos había colegios y hospitales  para todos, y decidí que yo también quería formar parte de esa comunidad que aporta y revierte. Luego crecí un poco más y volví a comprender que ese dinero que yo aportaba también financiaba guerras sucias, campañas políticas extravagantes y ladrillazos, y que yo no podía elegir qué financiar y qué no. Casi me hago liberal, pero aguanté el tipo y seguí creyendo en la cosa común. 

Después llegó la crisis, y con ella el PP al Gobierno, y vaticiné que nos privatizarían hasta el carnet de identidad. Y así ha sido. Lo que no se ha cumplido es lo que decía mi tía, que creía que por ser 'de derechas' uno robaba menos porque traía el dinero 'de cuna'. Urdangarín se compra una casa de seis millones de euros en Pedralbes, Rajoy y Cospedal cobraban sobresueldos en sobre cerrado, Bárcenas blanquea su dinero negro con una amnistía fiscal a medida, y una fundación del PSOE paga a la mujer del jefe de la Fundación hasta 60.000 euros por artículos supuestamente escritos por una tal Amy Martin. De todas las estafas, me negarán que ésta última es la más imaginativa. Al menos el PSOE tiene estas cositas de la cultura y el arte. Y la chica guapa es. Como escritora ya no sabría decirles, pero quizá la contraten para narrar la historia de esta nuestra España, camisa blanca de la esperanza. 

lunes, 28 de enero de 2013

Bradley Cooper


Si la ves, lo adoptas como bipolar y lo que haga falta. Que chille, que te despierte a las cuatro de la mañana porque no encuentra su álbum de fotos o porque ha recordado un detalle de su vida íntima. Con esa carita de treintañero perdido en el caos, lo adoptas y te lo metes en la cama para que no se enfríe. 

El es Bradley Cooper, el chico del momento, y la peli El lado bueno de las cosas está nominada para ocho estatuillas. 

Que no es para tanto, como dice Boyero, y que está edulcorada? Vale. Lo está. Pero pasas un buen rato, te ríes, te emocionas, te da grima y deseas que se estén todos quietos en más de una ocasión. Super recomendable. 

viernes, 18 de enero de 2013

SUDACAS


Suelo comer en el gimnasio. La comida es buena y light, y los ventanales dan al mar. Qué más se puede pedir, aparte de un periódico como Dios manda y un poquito de silencio? Normalmente como absorta con las páginas de El País y confío en que los otros comensales no sean demasiado ruidosos para que me dejen escuchar mi voz lectora. Claro que, comparado con los chillidos de mis hijos, la sonata de voces adultas comentando de fútbol o de vela me resulta nimia y casi imperceptible. 

Hasta que ayer una voz de energúmeno se elevó por encima de la media. A mi espalda comía un grupo de cinco personas, creo recordar, y un sujeto no identificado les llegó a interrumpir alegremente el almuerzo con sus noticias de alquileres. Que el hombre tuviera un piso para alquilar no me pareció muy extravagante entre gente con pinta de posibles. Sin embargo, y aunque trato de no poner atención en conversaciones  ajenas que  me distraigan de mi maravillosa lectura y sus personajes -ayer Bárcenas y sus 22 millones suizos, o Arturo Mas con su referéndum al que ha desdotado como por arte de magia de validez jurídica, esas cositas- hay conversaciones que van más allá y me sacan de mi autismo: 

-Joder, que me vienen dos sudacas para alquilarme el piso, y a que no sabes lo que me han preguntao? 

La palabra 'sudacas' levantó mis alarmas mentales y ya no pude dejar de escuchar las voces a mi espalda de ese elemento perturbador. 

-Pues que si el piso tenía calefacción! No te jode! Por 400 euros, que si tenía calefacción! Sudacas de mierda! Casi les pregunto 'pero vosotras  sabéis lo que es la calefacción? en vuestro país hay de eso?' Hay que joderse! Estamos apañaos!- se escuchan risas de fondo. 

Lo único que conseguí hacer con mi cuerpo y mi estupor fue girarlos a ambos y mirar a esa gente a los ojos con la cara más atrevida que mi asco consiguió emular. Y después me pareció tan poco ese gesto. Debí inquirirlos con un 'por qué no te callas' por lo menos, no? 

Al llegar a casa le conté a mi marido que sí, que debí hacer algo más aparte de mirarlos con todo mi odio reflejado en los ojos, tratando de que sintieran la misma vergüenza que sentía yo al escucharles. Que las miradas a veces no bastan para avergonzar a un bocazas. Pero él me dijo que no, que con eso que hice valía, que de nada hubiera servido engancharme con una panda por delante. 

Con la de veces que exhibo con cariño mi españolidad, ésa que está en desuso y más aún en tierras catalanas, ayer deseé que ese imbécil fuera de cualquier parte menos de aquí. De donde yo soy.