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jueves, 6 de agosto de 2009

Feelix Growing

Entre la sal y la gasolina, leo noticias que me hacen pensar más de lo conveniente con este calor abrasador. En el hospital Peset de Valencia una mujer de 39 años vitrificó sus óvulos antes de someterse a quimioterapia, y después los ha recuperado y fecundado, fruto de lo cual han nacido dos hermosas criaturas. La reimplantación y recuperación de los óvulos necesita de dos años aprox, pero también eso es mejorable en un futuro no lejano. Lo que me lleva a pensar en la verdadera revolución de las mujeres: ser madres cuando a una se le antoje que es el mejor momento de su vida para procrear. Que no tienes novio a los treinta, pues congelas tus óvulos fecundos y te los reimplantas en mejor momento. La barrera de los cuarenta y pocos aún no está superada, y mientras no se nos alargue la vida soy partidaria de no superarla mucho para ser madre -por eso de que los hijos disfruten de ti también- pero si puedes congelarte y reproducirte dentro de diez años, y mientras encontrarte a ti misma, por qué no? Elegir nosotras como eligen ellos, sin la presión del reloj biológico azuzándote en el cogote.

La segunda noticia es entre esperanzadora y aterradora. Un congreso sobre robótica en Asilomar concluye que no hay que darles tantas alas a los robots, no vaya a ser que se conviertan en nuestra peor pesadilla. No a lo Orwell, pero de otra manera. Ya hay máquinas que saben matar sin que un humano decida el objetivo. Los próximos robots que se cocinan hoy serán los que mañana cuiden a nuestros mayores -o a nosotros- y a nuestros hijos -o nietos-. Se adaptarán a nosotros o nos adaptaremos nosotros a ellos? Podrán sentir, oler e interactuar con nosotros. El cómo lo pone un proyecto de la Comisión Europea Feelix Groowing y lo dirige una española, Lola Cañamero. Dice la Cañamero que "para que los robots puedan vivir con la gente, tienen que crecer con los humanos y aprender a interpretar sus emociones", para El País de hoy.

Y mientras llegan los robots y las mujeres acaban con su espada de damocles, el Norte se prepara para enfrentar el invierno y la gripe A con una vacuna que posiblemente, por prematura, carezca del total de controles necesarios para ser aprobada en condiciones normales. En el camino, la gripe A habrá dejado unas cuantas víctimas mortales en el Sur, cuyo invierno no estuvo dotado de vacuna antídoto. Entenderán los robots estas pequeñas sutilezas?

Me voy a bañar, que tanto darle a la tecla no puede ser bueno.

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