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jueves, 11 de junio de 2009

la otra mamá de Coraline

Constantemente tenía un sueño que ya no tengo. Vivía en una casa como la mía, de dimensiones normales, y un día descubría que por un agujero de esa casa se accedía a otra dimensión de la misma, con un montón de espacio extra por desempolvar.

No se me ocurría en ninguno de mis sueños comerciar con esos metros de más que, sin saber cómo, eran míos. Sino que me ponía muy contenta pensando en cómo iba a pintar las paredes, disponer del espacio para mis cosas y deleitarme con ese pedazote de casa y sus miles de posibilidades. A veces, con suerte hasta soñaba que las ventanas miraban a un jardín.

Eso mismo es lo que le ocurre a Coraline y sus dos mundos, la última peli de animación de Henry Selick (o el creador de la exitosa Pesadilla antes de Navidad) cuando descubre que la vieja mansión a la que se ha mudado con sus atareadísimos padres tiene una puerta en la pared tapiada con ladrillos. Sólo que ella necesita personas y no metros cuadrados. Mientras se aburre de habitación en habitación, soñando con una madre que sepa hacer tortitas dulces y pavo asado en condiciones, y con un padre que le muestre sus cuentos en vez de silenciarla para poder escribirlos, Coraline fantasea con la idea de que la pared en realidad no esté tapiada sino que contenga un pasadizo secreto.

Y a través de esas fantasias cobra realidad su otra vida, con otros padres iguales a los suyos pero con tiempo libre para dedicarle, y con una sonrisa de oreja a oreja veinticuatro horas siete días por semana. Sólo que no repara en un detalle. En vez de ojos, tienen botones.

Neil Gaiman es el autor de la obra que inspira Los mundos de Coraline, y la idea del muro que se transforma en pasadizo viene de su época infantil y del caserón en que vivía con sus padres. El nunca consiguió que los ladrillos que tapaban la pared se convirtieran en un túnel secreto, así que tuvo que escribirlo. Después lo combinó con las pesadillas que su hija mayor le contaba cuando tenía cinco años, acerca de una bruja mala que se parecía a la mamá de una niña imaginaria. Así que intuyo que el papá de Coraline tiene mucho que ver con el papá Gaiman.

La película está rodada con el sistema stop motion, lo que significa que cada una de las imágenes que vemos no son digitales, sino manuales, o sea diseñadas, fabricadas y pintadas una por una. 28 muñecos hicieron falta para construir a Coraline. La nieve está hecha de bicarbonato y pegamento. La hierba a partir de pelo sintético. Cada muñeco se contruye entre 10 personas trabajando en él de tres a cuatro meses. Cada secuencia se pasa fotograma a fotograma, así que una semana de rodaje filma unos 74 segundos de película. Cada escenario se monta físicamente antes de ser fotografiado. Se construyeron 207.336 diferentes expresiones del rostro de Coraline para que el director pudiera ir eligiendo en cada momento. Así podría seguir la locura hasta el infinito. Porque hay que estar rematadamente loco, en este mundo en crisis, para concebir un proyecto tan osado y brillante como éste. Aterrador y maravilloso. Y lleno de realidad, porque Coraline podría ser esa hija tuya que te mira aburrida mientras tú le dices que espere un poquito más, que ahora vienes a jugar con ella, en cuanto termines esta cosita de nada que tienes que hacer para la oficina...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Manuela,

Pensaba el otro día más en relación con tu post sobre Boyero vs Almodovar, pero sobre todo por tus semanales comentarios sobre cine que igual te hacia gracia el blog de Borja Hermoso, ya sabes, Jefe de Redacción de Cultura de El País e intimo de Boyero, porque es que no tiene desperdicio.... ja, y El Garrofer a veces momentos geniales....
Te paso el link
http://www.elgarrofer.com/2009/05/carlos-boyero-y-borja-hermoso-coming-home.html/

y el otro

http://www.elgarrofer.com/2009/05/carlos-boyero-y-borja-hermoso-coming-home.html/

... jaja, que no tiene despercidico.. atenta a los comentarios porque son vitriolicos

Cris

Rosa Chover dijo...

gracias Cris! Boyero me divierte muchísimo, pero en cuanto pueda entro al blog del señor Hermoso... creo que ya he entrado otras veces...

Annabel dijo...

Tengo ganas de llevar a mi hija a ver esa peli, me lo has recordado. :/

Saludos, Manuela.

Rosa Chover dijo...

hola Anabel, pues no te la pierdas, aunque dependiendo de la edad de tu hija puede asustarse un poco, pero creo que vale la pena hasta el susto, es un delirio de fantasía